El Gobierno ha renunciado definitivamente a la compra de cazas F-35 estadounidenses para reemplazar a los viejos Harrier de la Armada y los F-18 Hornet del Ejército del Aire que en unos años llegarán al final de su vida operativa.
Fuentes del Ministerio de Defensa han confirmado a Europa Press la información que adelantaba este miércoles El País a toda página: que España ha aparcado definitivamente la compra de los F-35, considerados los más modernos del mundo, y apostará por opciones europeas.
Los cazas F-35, fabricados por la estadounidense Lockheed Martin, eran considerados la opción ideal para sustituir a los actuales Harrier AV-8B, por ser también capaces de hacer despegues y aterrizajes verticales que les permiten operar en portaaviones pequeños (Defensa, mientras, estudia construir un portaaviones de mayores dimensiones). En cuanto a los F-18, cabía esperar que España optara también por los cazas estadounidenses para sustituir estos aviones, a imagen de lo hecho por otros socios de la OTAN.
Sin embargo, con este anuncio adelantado por el diario de Prisa Defensa entierra esa opción tras años de debate y ante la necesidad cada vez más apremiante de sustituir los aviones. Se estima que los viejos Harrier dejarán de dar servicio en 2030, fecha en que se quedarán además sin opción de piezas de recambio, mientras que los últimos F-18 estarán operativos hasta 2035.
La medida llega unas semanas después del papel protagonista que intentó adoptar Pedro Sánchez en la cumbre de la OTAN, donde forzó el choque con el Gobierno estadounidense por el incremento del gasto en Defensa. Según El País, Moncloa querría apostar por alternativas como Eurofighters o el francés Rafale F-5.