
El Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado en las últimas horas un nuevo paquete de contratos destinados a la modernización de las Fuerzas Armadas, que buscan tanto la sustitución de sistemas en uso que se van quedando obsoletos como la acumulación de munición para que esté a disposición de los efectivos militares. Se trata de un total de nueve contratos que suman un montante económico superior a los 806 millones de euros.
El más suculento es de 258,4 millones y está destinado a los servicios e infraestructuras de telecomunicaciones de la Infraestructura Integral de Información para la Defensa (I3D). Con una vigencia inicial de tres años, y prorrogable por otro más, tiene como objetivo "garantizar comunicaciones seguras, interoperables y de calidad tanto en territorio nacional como en zonas de operaciones internacionales".
El segundo contrato en cuantía económica aprobado por el Consejo de Ministros ha sido para la adquisición de remolques ligeros y multiplataforma para el Ejército de Tierra, con un valor de 250,1 millones y una vigencia de cuatro años. Este programa "refuerza las capacidades logísticas de las Fuerzas Armadas al facilitar el apoyo en maniobras, traslados a puertos, centros ferroviarios y puntos de embarque, asegurando la movilidad de equipos y material en operaciones y entrenamientos".
Con un presupuesto de 86 millones de euros, el Gobierno aprobó la compra de munición de 105 mm contra carro. Esta medida, con vigencia de cuatro años y posibilidad de prórroga de dos adicionales, busca abastecer principalmente a las unidades de Caballería del Ejército de Tierra equipadas con vehículos blindados Centauro, garantizando su preparación y sostenimiento en misiones de defensa y seguridad.
De un presupuesto similar, de 83,4 millones de euros, es el contrato para la compra de munición de 30×173 mm destinada a los vehículos de combate sobre ruedas 8×8 Dragón, de los que el Ejército de Tierra tan sólo ha recibido una decena. Este suministro, también con vigencia de cuatro años prorrogables por dos más, permitirá cubrir las necesidades de instrucción y adiestramiento de las unidades de maniobra, reforzando su capacidad operativa.
El Consejo de Ministros también ha dado luz verde a un acuerdo de 36,3 millones de euros para potenciar la ciberresiliencia y ciberseguridad de las comunicaciones inalámbricas seguras. El contrato, que se extenderá hasta diciembre de 2025, permitirá reforzar las infraestructuras críticas de comunicación militar, incluyendo enlaces troposféricos, con el fin de asegurar la protección y continuidad de las comunicaciones estratégicas nacionales.
El sexto contrato aprobado, por valor de 19,8 millones de euros, es para la adquisición de cifradores militares en entornos sin condiciones TEMPEST. Con vigencia hasta diciembre de 2025, este programa busca dotar a las Fuerzas Armadas de "una infraestructura única para los sistemas de mando y control clasificados, elevando los niveles de seguridad en el tratamiento de información sensible".
También se ha aprobado la compra por valor de 18,7 millones de euros de sistemas de búsqueda y seguimiento por infrarrojos (directores electroópticos). Con una vigencia de tres años, este proyecto refuerza las capacidades de vigilancia y defensa de los buques de la Armada, especialmente en operaciones como la misión Atalanta contra la piratería en el Índico, proporcionando protección frente a drones y sistemas lanzacohetes.
El octavo contrato, con un valor de 31,1 millones de euros, es para la adquisición de camiones autoescuela polivalentes, y tiene una vigencia de cuatro años. "Estos vehículos se destinarán a la formación de conductores militares, asegurando la capacitación en misiones de transporte, movimiento de tropas y operaciones internacionales de mantenimiento de paz", según ha detallado la referencia del Consejo de Ministros.
Por último, se ha autorizado un acuerdo marco de 22,6 millones de euros para el suministro de sistemas de simulación destinados a la Unidad Militar de Emergencias (UME). Con una vigencia de cinco años, este programa permitirá mejorar la instrucción y el adiestramiento táctico mediante simuladores para drones, vehículos, maquinaria y entornos inmersivos, elevando la preparación de la UME ante escenarios de emergencia complejos.

