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Ryan Giggs, el extremo incombustible

Tras el partidazo de ayer en la Champions ante el Chelsea donde demostró una vez más su calidad, el galés acrecenta día a día su leyenda.

Tras el partidazo de ayer en la Champions ante el Chelsea donde demostró una vez más su calidad, el galés acrecenta día a día su leyenda.
Ryan Giggs en Old Trafford. | Archivo.

A principios de marzo de 1991, Sir Alex Ferguson hizo debutar a un chaval de 17 años. Salió al campo a los 35 minutos en un partido contra el Everton por la lesión de su compañero irlandés Denis Irwin, que se había lesionado. Han pasado ya más de 20 años de aquel partido y Giggs sigue jugando al fútbol, sigue dando de que hablar cada fin de semana, incombustible a sus 37 años.

El extremo zurdo es importante en el United y para Ferguson es una pieza calve en el sistema táctico del equipo. Tanto es así, que el club no se lo ha pensado dos veces y el pasado febrero ofreció un año más al jugador que no lo dudó. El extremo galés, cada vez más centrocampista - su velocidad se ha ido perdiendo con los años -, ha jugado ya 870 partidos con los 'red devils', 609 de ellos en Liga - los mismos que Bobby Charlton -, y ha marcado la nada despreciable cifra de 158 goles en su carrera. Posee un récord nadie podrá batir ya que ha marcado en todas las ediciones de la Premier League, que se disputa desde 1992. Una de las curiosidades que posee el extremo es que jamás le han expulsado.

Giggs sólo ha tenido un entrenador en toda su carrera, Alex Ferguson. El jugador es toda una institución en Old Trafford y el club le ha ofrecido seguir en el club cuando cuelgue las botas, cosa que por el momento, parece imposible. Giggs prefiere seguir jugando. En el vestuario, la gente sabe lo que representa, cuando él habla, la gente se calla y escucha. Su brillo dentro de un vestuario compuesto de tantas estrellas es sencillamente espectacular.

El galés comparte protagonismo con otro ‘todoterreno’ llamado Paul Scholes, 36 años, y nombrado mejor centrocampista inglés de los últimos años. Los dos poseen la fama de ser extraordinariamente profesionales. La prensa rosa hace años que les dejó de molestar. En su vida no hay nada destacable. Son personas de gustos sencillos, vida familiar y dedicación obsesiva al fútbol.

De entre todos los partidos que Ryan Giggs ha jugado, el futbolista lo tiene claro y se queda con el primero que jugó como titular, en un derbi ante el Manchester City. "Recuerdo mucho sobre aquel encuentro porque, aunque esperaba ir convocado, me sorprendió cuando el técnico me nombró en su once inicial. Pensaba que estaría en el banquillo para aquella cita", confesó el futbolista, que precisamente marcó el gol de la victoria en aquel derbi.

Un total de 131 futbolistas han sido compañeros de vestuario de Giggs. Muchos llegan, ven, y se van, pero él y su socio Scholes se quedan. Para todos los que comparten vestuario con él coinciden en los mismo, "es un ídolo". Para el irlandés John O'Shea, el galés "podría jugar hasta los 40, es una absoluta leyenda".

Nació en Cardiff. Su padre era jugador profesional de rugby e hijo de africano. De ahí la herencia genética que hizo del jugador del Manchester uno de los más veloces de la Liga durante años. Se trasladó a Manchester porque su padre fue fichado por el Swinton, un equipo de la ciudad. Podría haber jugado con Inglaterra, pero prefirió ser internacional con su país, sabiendo de antemano que conseguir un título con su selección sería algo histórico pero aún así prefirió ser fiel al país que le vio nacer. Esa fidelidad también ha contribuido a agrandar la leyenda del incombustible Ryan Giggs.

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