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El desgaste de la presión

Los técnicos de Real Madrid y Barcelona han sufrido un gran deterioro físico en poco tiempo.

Pep Guardiola fue presentado el 17 de junio de 2008 en el Camp Nou. Como persona joven y deportista, el catalán mostraba un gran aspecto ante la prensa ese día. Sin canas, con pelo, con gesto descansado, Guardiola se hacía cargo de un equipo que debía ser reconstruido para acabar con los egos de Ronaldinho, Deco y Eto´o. Lo logró.

José Mourinho, por su parte, llegó al Real Madrid el 31 de mayo de 2010 con el objetivo de derrocar al Barcelona más exitoso de su historia. La exigencia del club más laureado del mundo no le daba respiro. Tenía que invertir la tendencia ya, en la primera temporada, para que el Real Madrid regresara a La Cibeles. Lo consiguió.

Las canas de la exigencia

La exigencia que entraña un puesto de tanta responsabilidad como ser entrenador del Barcelona y del Real Madrid se ha hecho patente en el físico de Guardiola y de Mourinho. Ambos han ofrecido ruedas de prensa esta semana antes de sus decisivos duelos de semifinales de Champions y en los dos casos queda patente el estrés y el desgaste de varias temporadas con la máxima exigencia.

El entrenador del Real Madrid comparecía este miércoles ante la prensa con el gesto serio y con cierto mal aspecto. El preparador portugués atraviesa un proceso febril y, seguramente, a eso se deba su imagen cansada de este miércoles, pero incluso él mismo ha bromeado acerca de las canas que le han salido desde que es el inquilino del banquillo blanco: "Vamos a estar hasta el final, vamos a ver qué ganamos, y esa es la ilusión del fútbol, lo que me hace feliz. Por eso quizás tengo el pelo más blanco", aseguraba Mourinho hablando sobre el emocionante final de temporada.

El estrés de Pep

El aspecto físico de Mourinho, no obstante, ha sufrido menos deterioro que el de Guardiola en estos dos años, teniendo en cuenta, además, que ya cumple 49 años.

El cambio es más visible en Guardiola. Llegó al Barcelona con 37 años y, ahora, con 41, parecería que hubiera pasado tres lustros en el club de sus amores. La autoexigencia de Guardiola para cumplir con las expectativas en el club de sus amores ha causado ese gran desgaste físico.

Cuando llegó hace cuatros años era un joven entrenador que apenas había colgado las botas. Con el pelo aún negro y con una envidiable figura, que aún conserva, Guardiola se presentaba en la rueda de prensa con mucho que demostrar, pues era un desconocido en su faceta como técnico.

Casi cuatro años después y con 13 títulos a sus espaldas, el banquillo del Barcelona ha hecho mella en su físico. De hecho, el retraso en la renovación de Guardiola tiene mucho que ver con la factura que ser entrenador del Barcelona le está causando en la vida privada.

Incluso jugadores de la plantilla como Dani Alves bromeaban sobre el desgaste físico que causaban en su entrenador: "Cuando Guardiola llegó, tenía mucho pelo y ahora nosotros le hemos quitado bastante", decía el brasileño este pasado mes de febrero.

Quizá, por ello, Guardiola abandone en junio el Barcelona. Mourinho, por su parte, según ha asegurado este martes, quiere seguir en el Madrid hasta que su pelo sea como el de Leo Beenhakker.

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