Dentro de los delirios históricos de la mitología sabiniana del PNV, toda esta futbolera campaña de Azcuna y Urkullu contra Llorente, podría ser lo más serio de afirmación euskalduna de todos los tiempos.
Primer problema, si no es vasco porque le ficharon, porque tengo entendido que es de La Rioja, y ahora que exige lo que cree conveniente ya es "español hijo de puta", pero que comedura de tarro tiene esta gente y luego claro salen los salvapatrias Urkullu and conpany diciendo que no puede ganar eso y ellos si verdad. CINICOS,HIPOCRITAS. Animo Llorente y a lo tuyo
He contestado a los mononeuronales kampechi y sociatas,pero veo que sigo censurado al contrario de otros maleducados insultones a los que el becario si que entiende y les atiende.
A los valientes sociatas y kampechi,sólo he puesto pedos de cabrón y brujas y he de-puesto otras jilipolleces en otros artículos para demostrar como se me censura en este "vuestro antro de libertad"ya que mis comentarios serios hace mucho que no se me publican,so paramecios mononeuronales.Tchuss!
Quiero recordar que Javi Martínez, navarro de padre de Logroño, empezó a jugar en el equipo infantil del Berceo y después en las categorías inferiores del Logroñes.
Como Llorente, como Dani Aranzubía (que es de Logroño y por eso lo dejaron marchar al Depor), como otros muchos (mención especial a Dani, de padres riojanos y padre miembro de la Benemérita, hecho que le trajo muchísimos problemas con algunos de sus compañeros, como por ejemplo, con Iríbar) que corroboran la falacia que en el Ath. Bilbao solo juegan vascos.
Todos ellos saben el ambiente irrespirable que la directiva y parte de la afición han creado, crean y crearan en este equipo, que era en un lejano pasado, uno de los equipos mas queridos de toda España.
Siempre pensé que toda idea basada en la superioridad de un pueblo, raza o lo que sea es una característica que provoca una estulticia preocupante porque suele acabar en violencia. En un tono menor nos deleita con estas imbecilidades deportivas, además del dolor que les provoca ver morir a los toros que no a los seres humanos. En esta ocasión, es un jugador, Llorente, que al traicionar al muy noble y superior pueblo vasco y vasca (que me perdonen los vascos que repudian todo este circo nacionalista) es centro de las iras hasta de los políticos que al parecer al ser nacionalistas, añaden algo más a la repetida corrupción e incultura de la casta a la que pertenecen:el paletismo provinciano.
Desde luego como el alcalde de Bilbao lleve la economia igual que hace las cuentas en euros estan apañados, 5 millones de euros equivalen a 832 millones de pesetas y 5,5 millones de euros equivalen a 915 millones de pesetas. No le vamos a pedir que nos diese la cifra exacta pero una cifra aproximada la daba cualquiera, 6 euros igual a mil pesetas.
AMARAL, pedone pero Vd. se está contradiciendo en el mismo escrito cuando dice que 'lo que se les pide es que cumplan sus contratos y que a ambos les quedan años para cumplirlos'.
Nada que ver cuando justifica la cláusula de rescisión de Martínez que es de lo único que se está hablando y en cuanto a Llorente no son años sino 10 meses hasta junio del 2013 cuando le vence su contrato, adelantando/avisando con tiempo de sobra que renovaría en su día por la cantidad que pretende, pero no que se va ya lo que sería moneda corriente si se lo propusiera.
De cualquier modo, lo que aquí se denuncia es que ahora algunos aficionados fanáticos (de deportistas nada) se acuerden de que son españoles e hijos de puta por ello, siguiendo las consignas terroristas y quienes deben dar ejemplo de moderación como el alcalde y el tartaja/o que parece que habla con la boca llena del PNV, añadiendo leña al fuego.
¡¡¡Que hagan una liga de fútbol vasca, otra catalana y la gallega si se les antoja (como en el Reino Unido) de una puñetera vez con lo que estaríamos de acuerdo todos los españoles y veríamos cuánto tiempo durarían contemplándose el ombligo hasta aburrirse viendo los mayores estadios casi vacíos.!!!
Todo lo que se pide a los jugadores es que cumplan con los contratos que libremente firmaron y a ambos les quedan años de contrato.
Los jugadores de futbol no tienen contratos como los de un trabajador "normal" sino una nóminas altísimas que tienen como contrapartida un compromiso por varios años y son libres de irse cumpliendo unas condiciones fijadas en ese contrato (en su caso pagar la claúsula de rescisión).
Y de hecho Llorente, que cobraba 3,5 millones de euros quiere irse del club, quedándole todavía un año firmado, porque no le pagan los 5,5 millones que pide por renovar, no por cuestiones políticas.
Si se llega a lesionar gravemente en la eurocopa y no hubiese podido jugar esta temporada, él no hubiera perdonado al Athletic el pago del año de compromiso que le resta.
El caso de Javi Martínez es diferente porque si pagan la cláusula de rescisión como parece (aunque todavía no hayan pagado ni un euro) cumpliría con los requisitos del contrato que firmó y no habría nada que reprocharle, por lo menos contractualmente.
Parece que hay gente a la que le parezca mal que se pida a la gente que cumpla con sus compromisos y con la palabra dada y firmada.
Señor/a Amaral, se equivoca de medio a medio. Llorente no quiere irse sin cumplir el contrato, quiere cumplirlo e irse. El problema es que el Bilbao quiere renovarle y Llorente no acepta.
En el caso de Javi Martínez hay una cláusula de rescisión en el contrato. Si se paga, el contrato se cumple. El tal Urkullu se pregunta si no es obsceno que Llorente pretenda cobrar una cantidad que una entidad privada quiere pagarle. Después se pregunta si no tiene él más responsabilidad. Seguramente si la tenga, la diferencia es que Llorente es muy bueno en lo que hace, mientras que los políticos comunes son pésimos. Además responsabilidad se tiene cuando se responde por ella. Este canalla lleva envileciendo la sociedad desde hace años, y sus colegas de todos los partidos han contribuido a la ruina de este país (y cuando digo país digo España, que es el único que hay) y no se responsabilizan de nada. Se jubilan y supervisan nubes con sueldos que más o menos altos, se adjudican a sí mismos y ni mucho menos los merecen.