Con miles de aficionados ya agolpados en sus inmediaciones, el Estadio Da Luz abrió sus puertas hacia las 18:00 (hora peninsular española), casi tres horas antes del pitido inicial que dará comienzo a la final de la Liga de Campeones en Lisboa.
La impaciencia podía verse en el rostro de merengues y rojiblancos mientras esperaban, en zonas y puertas separadas, a la apertura de las instalaciones del estadio del Benfica, que esta noche albergará a 61.000 personas.
La policía portuguesa dividió a las aficiones desde el metro, e indicó a los madridistas la parada de Alto dos Moinhos y a los colchoneros la siguiente, la de Colegio Militar/Luz.
También en los aledaños del estadio, la UEFA instaló carpas con actividades para amenizar la espera -en una de ellas era posible tatuarse el símbolo de la Liga de Campeones-, mientras que algunos lugareños vendían cerveza, aperitivos y bocadillos.
Las autoridades lusas han establecido un amplio dispositivo policial para garantizar la seguridad de los cerca de 120.000 hinchas que se calcula han llegado a la ciudad, con más de un millar de agentes movilizados, a los que se suman los guardias de seguridad privada desplegados por el estadio de la Luz y el suburbano lisboeta.

El estadio empieza a llenarse
Real Madrid y Atlético ya están en el estadio Da Luz
Los autobuses con las expediciones de los dos equipos llegaron al estadio puntuales: el primero en hacerlo fue el Real Madrid.
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