Con 1-0 en el marcador, el árbitro español anuló un gol a Sané que era legal. El técnico catalán protestó airadamente, mandando callar a Mateu, y éste le expulsó en los vestuarios.
El técnico de Sampedor mostró su indignación con la Policía a la salida de Anfield. El autobús del City sufrió daños en sus lunas y Guardiola no se mordió la lengua.