
Sufrida victoria del Barça, que después del varapalo sufrido hace dos semanas en Londres ante el Chelsea, se ha impuesto por un ajustado 2-1 al Eintracht de Fráncfort en el Camp Nou para enderezar algo su rumbo en la Champions y situarse provisionalmente decimocuarto, a la espera de completarse la sexta jornada de la fase liga con los partidos de este miércoles.
Un triunfo que permite a los culés alejar los fantasmas del pasado, después de que el Eintracht ganara al Barça de Xavi Hernández en este mismo escenario del Camp Nou —plagado entonces de seguidores alemanes—, en los cuartos de final de la Europa League (2-3).
Esta vez no hubo sorpresa teutona gracias a un héroe inesperado. No fue ni Lamine Yamal, ni Lewandowski, ni Raphinha. No fue Pedri, al que se le vio superado por momentos. El gran protagonista de la noche fue Jules Koundé, lateral a ratos, central frustrado siempre, goleador por sorpresa. Dos testarazos, dos goles casi calcados, para dar la vuelta al marcador en apenas tres minutos (los que fueron del 49 al 52), para neutralizar el tanto inicial de Knauff. A partir de ahí, en los últimos 40 minutos, el Barça no sufrió, pero tampoco supo cerrar el partido y acabó jugando al trantrán, como si el marcador fuera mucho más holgado.
El arranque fue voluntarioso para el Barça. Casi prometedor. Pero quedó en nada. Hansi Flick, en su intento de recuperar sensaciones, introdujo tres cambios: regresaron Lewandowski y Raphinha al once, además de Fermín, mientras que Frenkie de Jong se quedaba en el banquillo para mantener a Eric García como mediocentro. Una apuesta arriesgada, quizá demasiado, que acabó pesando durante gran parte del primer tiempo.
El problema no fue tanto lo que proponía el Barça sino lo que planteó Dino Toppmöller, técnico de un Eintracht que llegaba como el equipo más goleado de la Bundesliga (29 goles en contra). Pero todo puede cambiar en el fútbol: el rival pequeño crece, el Barça se empequeñece y los partidos se complican solos.
Los alemanes invirtieron la etiqueta de víctimas. Orden, ayudas constantes, una defensa multiplicada y un plan clarísimo: resistir atrás y sorprender a la contra. Y pareció funcionar. Lamine Yamal, maniatado. Raphinha, espeso. Lewandowski, desafinado. El Barça chocó una y otra vez contra un muro blanco que le robó la paciencia y las ideas.
Knauff despierta viejos fantasmas
El 0-1 llegó en el minuto 20, tras un error de los que duelen: pérdida absurda de Lamine Yamal, robo de Brown, pase al espacio y definición de Ansgar Knauff, delantero improvisado por obligación. Joan García nada pudo hacer. El gol dejó KO al Barça. Nervioso, impreciso, lento, tenso. Un equipo dubitativo atrás, atropellado arriba y con un Pedri casi desesperado ante la telaraña alemana. No había desborde, no había sorpresa, no había claridad.
Y, para colmo, el Eintracht estuvo más cerca del 0-2 que el Barça del empate en una contra comandada otra vez por Knauff que Skhiri mandó alta al borde del descanso. El Camp Nou, esta vez sin invasión de aficionados alemanes sufrió en silencio con lo ocurrido en la primavera de 2022 en la retina del seguidor culé.
Rashford cambia el guión… y aparece Koundé
La primera parte pedía cambios a gritos. Flick escuchó la súplica y retiró a un Fermín desaparecido para dar entrada a Marcus Rashford, que necesitó exactamente siete minutos para revolucionarlo todo. Porque el inicio del segundo tiempo fue aún peor: dos llegadas seguidas del Eintracht y el Camp Nou conteniendo la respiración. Y, cuando se mascaba el segundo de los visitantes, Rashford decidió inventar un centro con rosca que encontró la cabeza de Koundé. Primer envío, primer remate y primer gol. Un golazo.
El Barça despertó, aunque Chaibi estampó un misil en el larguero de Joan García en otra acción que recordó al Barça que el partido seguía vivo pero que acabaría siendo anulada por fuera de juego. En el minuto 52, doblete de Koundé, esta vez tras un centro de Lamine Yamal, por fin capaz de romper la vigilancia alemana. Dos testarazos casi idénticos para enmendar su mala primera parte y la del equipo.
No se había sacado el córner y ya le estaba pinchando la cámara. Por lo que sea.
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— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) December 9, 2025
El Barça respira… pero no mata
Con el marcador volteado, el Barça recuperó cierta autoridad. O al menos la sensación de controlar el partido. El Eintracht dudó entre lanzarse a por el empate o volver a atrincherarse. Y ese momento de confusión lo aprovechó el conjunto azulgrana para llevar el choque a su terreno.
Raphinha tuvo una. Ferran, otra, con un remate cruzado. Pero ni uno ni otro acertaron. Y el Barça, ya experto en situaciones límite, volvió a jugar con fuego. Porque en Europa cerrar los partidos no es un lujo, es una obligación. Y este Barça, que no acaba de ofrecer las mejores sensaciones en el primer tramo de la temporada, decidió sufrir hasta el final. El Camp Nou no respiró tranquilo hasta el pitido final. Un que vale más por lo que evita que por lo que supone. Eso sí, los culés se agarraron a la Champions y eso, visto el panorama, ya es mucho.
Ficha técnica
FC Barcelona, 2: Joan García; Kounde, Cubarsí, Gerard Martín, Balde (Christensen, min.89); Eric García, Pedri; Lamine Yamal (Roony, min.89), Fermín (Rashford, min.46), Raphinha (De Jong, min.66); y Lewandowski (Ferran Torres, min.66)
Eintracht Fráncfort, 1: Zetterer; Kristensen, Koch, Theate, Brown; Doan (Ngankam, min.89), Larsson (Dahoud, min.68), Chaibi (Bahoya, min.77), Skhiri, Götze (Can Uzun, min.77); y Knauff (Wahi, min,68)
Goles: 0-1, m.20: Knauff; 1-1, m.49: Koundé; 2-1, m.52: Koundé
Árbitro: Davide Massa (Italia). Mostró tarjeta amarilla a Knauff (m.28), del Eintracht; y a Lamine Yamal (m.56) y Gerard Martín (m.61), del Barcelona
Incidencias: Partido de la sexta jornada de la fase liga de la Liga de Campeones disputado en el Spotify Camp Nou ante 38.439 espectadores, entre ellos unos 2.300 seguidores del Eintratch

