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El CSKA vence al Madrid en la prórroga y acaricia la tercera plaza de grupo (71-80)

La muñeca del veterano Serguei Panov ha encumbrado al CSKA de Moscú ante el Real Madrid dentro de una prórroga que los blancos lamentaron después de llegar a dominar por trece puntos el duelo por la tercera plaza del Grupo C, donde el Panathinaikos griego y el Unicaja han puesto las dos primeras posiciones fuera del alcance de madrileños y rusos.

L D (EFE) La acertada salida de Felipe Reyes dentro de la zona centró al Madrid. Seis puntos consecutivos del pívot cogieron desprevenido al CSKA, que arrancó frío y enseguida necesitó un tiempo muerto y poner en pista a Nikita Kurbanov para cogerle el pulso al choque. La llamada al orden del técnico italiano Ettore Messina transformó a los rusos de arriba a abajo. Luego reaccionó el Madrid. Al final, el CSKA habló el último.

David Andersen, una auténtica pesadilla para los blancos la temporada pasada y también en el encuentro de la primera vuelta disputado en el Univeral Hall moscovita, se alió con el estadounidense Trajan Langdon para cambiar el curso que había tomado el encuentro. El CSKA firmó un 2-9 (8-15) mientras el también estadounidense Venson Hamilton cometía la segunda falta, enfilaba el banquillo y era reemplazado por Eduardo Hernández Sonseca. Pero los once puntos anotados entre el pívot norteeuropeo y el alero norteamericano (seis y cinco respectivamente) dejaron a los rusos en ventaja al final del primer cuarto (12-18) con el Madrid en una ruleta de rotaciones (acabó el periodo con Hernández Sonseca, el serbio Igor Rakocevic, Héctor García, el croata Marko Tomas y el belga Axel Hervelle en pista).

El Madrid andaba a tientas. Estaba desaparecido. Vivió con los doce puntos del primer cuarto (diez de Reyes y dos de Hernández Sonseca) casi la mitad del segundo. Los moscovitas pusieron esa misma docena de puntos, pero de ventaja, en el marcador (12-24) y los blancos no anotaron la primera canasta en juego hasta que el estadounidense Louis Bullock rompió la sequía local. Habían pasado más de cuatro minutos desde el inicio del segundo tramo. Tiempo suficiente para que Hervelle regresara al banco con tres personales. Los rusos, además, controlaban el rebote, algo que a lo que también contribuyó Alexei Savrasenko en tanto que Andersen descansaba en la banda.

Con todo, el Madrid, era inevitable porque estaba bajo mínimos, mejoró. Asimismo, el americano David Vanterpool también hizo la tercera y puso, al menos, una piedra en el camino del CSKA. Sin embargo, la diferencia simplemente se estabilizó, con mejor imagen de los locales, pero sin alteraciones reseñables en el transcurso del partido. El Madrid comenzó a limar la renta visitante cuando sus exteriores, por fin, vieron aro. Bullock, Rakocevic y el francés Moustapha Sonko rebajaron la diferencia en una intensa oleada (27-31). Rakocevic cogió el mando y el Madrid siguió creciendo. El serbio remató la reacción con un triple que devolvía el control a los madrileños (33-32 m.19) y los rusos respondieron para dejar las cosas en el descanso como antes del salto inicial (37-37).

Los blancos habían cogido la buena senda. Mantuvieron la mente clara en el intermedio y reanudaron la contienda con los cinco sentidos puestos en el partido (45-40 m.23). El CSKA demostró por qué es uno de los mejores equipos del continente. Replicó por lo directo (45-47), pero Rakocevic le salió al paso. Metió dos triples seguidos, Hamilton transformó un tiro libre y el serbio, por tercera vez consecutiva, encontró aro desde los 6,25. Hamilton también repetía desde la línea de personal (57-47 m.28). En total, 12-0 desde el 45-47. La serie aumentó. Cómo no, de la mano de Rakocevic. Cuarto triple del serbio y 60-47. Ahora el desaparecido era el CSKA. Los doce tantos de distancia de Moscú (64-52), o sea, la diferencia de puntos particular ( basket-average ), básica para futuros desempates, también volatilizados. Rakocevic, al vuelo. Reyes, en las nubes, el rey del rebote (once hasta el tercer cuarto -tres de ataque-).

La diferencia de puntos rondaba la mente del técnico blanco. El serbio Bozidar Maljkovic pidió tiempo tras el 0-4 que sumaron los rusos para estrenar el cuarto y último tramo. Iban en serio. El griego Theodoros Papalukas, desapercibido en anotación, recordó que es campeón de Europa con su selección. El CSKA encadenó un 0-13 y el partido quedó totalmente abierto (62-60 m.36). Andersen apretó al máximo el resultado (64-63 m.37). A 47 segundos Langdon empató (66-66). Kurbanov cometió falta en el ataque blanco, pero los blancos perdieron el balón. Quedaban cinco segundos para el ataque ruso. John Robert Holden falló. A la prórroga.

Serguei Panov convirtió un libre y una bandeja con Andersen retirado en camilla por un golpe fortuito (66-69). Panov le dio perfecto relevo. Dos tiros libres más del alero y una canasta de Papalukas. Tiempo muerto del Madrid y 68-73. Alerta roja. Panov, cuyo equipo sólo fue sancionado con tres faltas en el tiempo añadido, hizo otro triple y mató el partido definitivamente (68-76). La tercera plaza sólo la puede perder ahora el CSKA.

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