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El penúltimo raulista vivo

Real Madrid-Fenerbahce: el día que el baloncesto se impuso al dinero

Nunca como ahora se ha hablado tanto del presupuesto de tal o cual club, y esta argucia argumental, esta cortina de humo dialéctica cuyo único objetivo es desviar la atención al objeto de eliminar tensión, cabe atribuírsela en exclusiva al Cholo Simeone, que ha convertido de repente esa distancia económica en una bandera cuya doctrina sigue a pies juntillas la yihad cholista sin pararse, por supuesto, a reflexionar ni siquiera medio segundo en ella. El presupuesto se arroja, según conviene, a la cara del "vecino rico", que es como se llama despectivamente desde el perioatletismo al Real Madrid, olvidando que ahora mismo hay en Primera un total de cuatro clubes representativos de la Comunidad de Madrid, y que si para el Atleti (150 millones de euros de presupuesto) el "vecino rico" es el Real (550), para Getafe (49) y Rayo Vallecano (12) lo es el Atleti.

El objetivo de Simeone no es otro que convencer a sus seguidores, a quienes tampoco les hace falta que les toquen demasiado las palmas para que se lancen a la pista de la demagogia, de que cuando el Madrid gana títulos lo hace por un simple aspecto crematístico, un componente inalcanzable para el Robin Hood de Madrid, a diferencia del romanticismo y la poesía que encierran por supuesto desde el primero hasta el último de los éxitos rojiblancos. Y digo yo que si hay algún "título" que encierra auténtica poesía ese debe ser el del Rayo Vallecano, un club que con un presupuesto diez veces menor al colchonero ha vuelto a conseguir holgadamente la permanencia en la máxima categoría del fútbol español. Si, como al parecer acabará sucediendo esta temporada, el Real Madrid no gana la Liga (¡hay que ver qué alto le ponen los antimadridistas el listón al equipo blanco!) le escupirán a la cara a Florentino Pérez su desastrosa gestión. Es algo que sólo funciona con el Madrid porque, por ejemplo, cuando el Barça se quedó en blanco la pasada campaña nadie se refirió a su elefantiásico presupuesto, muy similar al madridista.

Estoy un poco despistado. Me gustaría saber si el baloncesto se impuso ayer al dinero o si eso sólo rige para el fútbol. Sí porque el Real Madrid, que no tiene ni de largo el mayor presupuesto de la Euroliga, se ha clasificado por tercer año consecutivo para la gran final. El humilde equipo de Pablo Laso (únicamente 27 millones de euros de presupuesto) se impuso al Fenerbahce del millonario Obradovic, que cobra él solito tres millones de euros netos al año, y ahora deberá jugar contra el Olympiakos de Spanoulis, cuya muñeca no tiembla a cambio de 2,6 millones. Por cierto que el mayor presupuesto de la Euroliga (CSKA, casi 42 millones de euros) cayó en semifinales, cuestión ésta que habrá que afearle mejor hoy que mañana al señor Andrey Vatutin, que no tendrá el cuerpo para demasiadas jotas. Nadie, y menos que nadie Laso, ha tenido la jocosa ocurrencia de referirse ni siquiera de refilón a la dificultad que supone derrotar a un equipo con un presupuesto mayor. Pero o mucho me equivoco o si el Real Madrid (ojalá) conquista mañana su decimonovena Copa de Europa... saldrán de nuevo con la falacia del presupuesto. ¿Apuestas?...

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