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El penúltimo raulista vivo

Emulando a Fischer y Spasski (y III)

Sobre el tablero en cuestión, Fischer se limitó a decir dos cosas: la primera era que aparecían demasiadas manchas en la piedra, y la segunda que debía estar mucho más limpio de lo que estaba. El tablero era de mármol verde y blanco y uno de los mejores albañiles del país había sido el encargado de trabajar la piedra. Al final, en vista de que no había tiempo suficiente para fabricar otro tablero, se limitaron a cortar las casillas de seis centímetros, las aglomeraron con mármol triturado y cola transparente y se dispusieron a rezar todas las oraciones que se sabían. Tras una exhaustiva comprobación, Fred Cramer, la mano derecha de Fischer, declaró lo siguiente a propósito de las futuras quejas que pudiera emitir su representado: "por lo que he visto, sólo nos queda por revisar el aire".
Hoy en día hay quien todavía cree que la derrota de Spasski se debió al juego sucio. Cuando Larisa Spásskaya visitó por primera vez a su marido en Reikiavik se encontró con un hombre desconocido para ella. "Parecía perdido y tenso, con el sistema nervioso alterado. No podía dormir y su colchón le irritaba. Tal vez había algo dentro".
Fue entonces cuando comenzaron a sospechar que alguien del bando norteamericano entraba en sus habitaciones cuando éstas se quedaban vacías. Empezó a circular un insistente rumor según el cual la casa en la que vivía Fischer estaba rodeada de marines estadounidenses armados, pero eso no era cierto. Fischer, efectivamente, solicitó marines, pero la petición fue rechazada por el encargado de negocios de la embajada de los Estados Unidos.
Por otro lado, los soviéticos acusaron a Fischer de emplear la guerra psicológica contra Spasski. El Comité de Deportes llegó incluso a enviar en su ayuda a los profesores Vartanian, que por aquel entonces dirigía el Centro de Salud Mental, y Zharikov. Fischer, que efectivamente fue minando psicológicamente a su rival hasta acabar destruyéndole como hacía con todos, también protestó porque hombres del KGB querían hipnotizarle.
Ahora sabemos que el KGB estuvo muy activo durante toda la final, incluso a la hora de propagar el rumor de que su campeón planeaba desertar. Nada más lejos de la realidad. Spasski era un patriota ruso, aunque nunca lo fue soviético. Es posible que, con el match prácticamente perdido, el KGB quisiera desacreditar públicamente a su ex niño bonito. (*)
(*) Todas estas anécdotas, y muchas más que no he podido recoger aquí, aparecen publicadas en un libro cuya lectura vuelvo a recomendar: Bobby Fischer se fue a la guerra. El duelo de ajedrez más famoso de la historia


Mensaje de Juan Manuel Rodríguez a los participantes del blog

Durante todos los lunes del año (desde el próximo lunes 16 de octubre) y a una hora fija (de 6 a 7 de la tarde) intervendré en el blog como un participante más. Responderé, discutiré y, si ello fuera necesario, me defenderé en tiempo real. Mi "nick" será el siguiente: jmrguez. Os espero a todos. Muchas gracias.

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