Es justo reconocer que Ramón Calderón ha empezado 2009 en una forma realmente espléndida. A las denuncias realizadas por Cristina Bermúdez, ex secretaria de Carlos Martínez de Albornoz, a la revista Interviú en el sentido de que el presidente y el director deportivo del Real Madrid habrían "inflado", entre otras, la comisión por el fichaje del delantero holandés Van Nistelrooy, hay que añadir ahora la información desvelada hoy mismo por Marca, y que apunta claramente a la manipulación burda y aviesa (en la portada del periódico se habla sin ambages de "robo") de la Asamblea de socios que tuvo lugar el pasado 7 de diciembre. Según dicha información, Calderón infiltró compromisarios falsos, algunos de los cuales ni siquiera eran socios del club, con el único objeto de sacar adelante como fuera las cuentas de la pasada temporada y el presupuesto de la presente.

Olió desde luego a podrido en aquella Asamblea desde el instante mismo en que a los socios de un club con un presupuesto de 400 millones de euros se les forzó a votar a mano alzada y unas guapas azafatas fueron luego contabilizando manos y cartones, como si del mismísimo Bingo Arapiles se tratara, a ojo de buen cubero, quien sabe si esperando a que alguien cantase línea. El Homo habilis, que tiene aproximadamente dos millones de años de antigüedad y que desconocía cómo hacer fuego, estaba más modernizado para su época que este Real Madrid de Calderón. Es como si aún hoy, en pleno siglo XXI, el club siguiera enviando al tío de la gorrilla a casa para cobrar los abonos. Y todo eso dejando a un lado la irrupción de los amenazantes Ultrasur. No fue, desde luego, una reunión democrática y modélica, ni supuso el mejor ejemplo de cómo debe gestionar su día a día el mejor club del siglo XX según la FIFA.

Tampoco hace falta ser Walter Cronkite para dirigir con más tino que hasta ahora la política informativa del Real Madrid. Ahora bien, si se trata de resucitar la imagen que como directivo de fútbol tiene ahora mismo Ramón Calderón, lo que necesita el presidente no es un director de comunicación sino al mago David Copperfield, aquel caballero que hacía desaparecer aviones. Buscando el milagro, Calderón ha contratado a un hombre del grupo Prisa para que le dirija los cañones de El Álamo para fuera, supongo yo que pensando ya en las elecciones de 2010. Imagino que Alejandro Elortegui intentará ganarse los colines de hoy y el roscón de Reyes del año que viene con el sudor de sus contactos: el diario As ofrece hoy en rigurosísima primicia las cifras del acuerdo al que Ramón Calderón ha vuelto a llegar (porque a este tampoco es la primera vez que le ficha) con Cristiano Ronaldo. Da lo mismo que el jugador portugués niegue hasta la saciedad que vaya a salir de Manchester, aquí de lo que se trata es de que el presidente al que la señora Bermúdez acusa de inflar la comisión de Van Nistelrooy y del que el diario Marca afirma que robó la Asamblea de socios aparezca ante los medios como Heidi en la serie de televisión: con las mejillas sonrosaditas y jugando con Niebla. "Abuelito, dime tú: ¿qué sonidos son los que oigo yo? Abuelito, dime tú: ¿por qué yo en la nube voy?"...