Qué barbaridad. 13-1. Menuda paliza. Pareciera como si Escalluela hubiera calcado los presupuestos generales del Estado de Elena Salgado trasladándolos después a la votación para elegir la sede de la final de la Copa Davis. Madrid se retiró por miedo y Valencia feneció por aplastamiento. Una vez que se supo el resultado de la votación, Francesc Orriols, presidente de la pujante federación catalana, afirmó con rotundidad que los únicos que importaban eran los tenistas. Casi empleó la misma rotunidad que cuando, cuarenta y ocho horas antes, llamó tontos a Verdasco y López por decir que ellos preferían jugar en otro sitio que no fuera Barcelona puesto que la ciudad condal ya había disfrutado de dos de las tres finales jugadas en España. Casi al mismo tiempo, y en declaraciones a Catalunya Informació, Orriols acusó a la federación madrileña de haber hecho públicas las preferencias del cuerpo técnico de jugar en una sede al nivel del mar: llega cinco años tarde el bueno y santo de Orriols.

Así que estos catorce amigos se encierran en una habitación y eligen nuevamente Barcelona como sede de una final de la Copa Davis en detrimento de Valencia, cuyos aficionados nunca han disfrutado de ese espectáculo. ¿Por qué Barcelona?... Escalluela dice que por "motivos técnicos", pero Joaquín García Ferrer, que es el presidente de la federación valenciana, dice que la diferencia entre ambas era cero. Las dos candidatas se limitaban a cubrir el canon de un millón de euros y ambas ciudades, que yo sepa, están al nivel del mar que es lo que exigen los jugadores y el cuerpo técnico. Ferrer dice que en la elección de Barcelona no hubo motivos técnicos, a diferencia de lo que anunció aunque no explicó (¿qué motivos técnicos son esos?) el presidente de la federación, sino motivos políticos: la junta votó a favor de su vicepresidente. Pero, ¿no quedamos en que lo importante era ganar la Copa Davis y por eso se eliminó a Madrid?

Puede que a la federación sólo le importen algunos jugadores. Y digo esto porque la ocasión la pintaban calva para elegir Valencia como sede de la final. Me explico: Madrid no puede ser y no podrá ser jamás en la vida puesto que, a pesar de que aquí se disputa un Masters 1000, a nuestros tenistas les vuelve majaretas tanta altura y les estallan las sienes de tanto dolor acumulado; Verdasco y López preferían no jugar de nuevo en Barcelona por los motivos explicados anteriormente mientras que Ferrer y Ferrero, que son valencianos, querían que se jugara en su tierra. Así que cuatro jugadores seleccionables por Albert Costa para esa final se habían decantado claramente por Valencia y, pese a ello, se votó, abrumadoramente además, a favor de Barcelona "por motivos técnicos". Me gustaría que Escalluela explicara esos motivos. Todavía quedan dos meses para la final, de forma que tenemos tooodo el tiempo del mundo. Adelante Escalluela. Explícate. ¿Qué sabes tú que no sepamos los demás? ¿Qué sabes tú que desconozca García Ferrer? ¿Qué sabes tú que no quisieran saber los dos madrileños, el canario, el castellano-manchego y el castellano-leonés que prefirieron ahorrarse el viaje y ausentarse de la reunión de la junta que decidió la final? Ilumínanos Escalluela. Pongo el reloj en marcha: tic, tac, tic, tac, tic, tac...