El bien contra el mal, Luke Skywalker y Darth Vader, Eliot Ness y Al Capone, Penélope Glamour y Pierre Nodoyuna, Holmes y Moriarty... y ahora Iniesta y Pepe. Así de maniqueo, absurdo, acomplejado, provinciano e infantiloide es el periobarcelonismo, que lo mismo es capaz de colocarte una bomba en portada justo la víspera del Barcelona-Real Madrid más politizado de la historia (gracias a Dios no sucedió nada irreparable) que identifica a Iniesta con el bien absoluto y a Pepe con el mal total. Vamos, como en Star Wars pero a lo bestia y con una pelota por medio. Y todo esto, ¿Poquí? ¿Por vender más viejos cojines con puntillitas con el escudo del Barça? ¿Para darle salida al fin a aquella destartalada vajilla con las caras de todos y cada uno de los futbolistas culés que se guarda en el sótano desde el año de fundación del periódico?...

¡Qué lástima!... ¿Provocar toda esta violencia absolutamente gratuita con el único objeto de quitarse de encima los cupones con los que completar el edredón nórdico con el nombre y los apellidos de Messi, Lionel Andrés Messi Cuccitini, entre Balones de Oro en forma de pompas de jabón con los colores de la bandera argentina? Pero, ¿a quién se le ocurriría jamás taparse con eso por mucho que el frío fuera polar? ¿A esto hemos llegado? ¿A convertirnos en la Monica Lewinsky de los jugadores? ¿Poquí, Poquí, Poquí? ¿Tan rematadamente mal esta la profesión como para venderse por dos zonas mixtas, un off the record de baratillo y un bocadillo de calamares congelados? ¿Así que los niños que compren el periódico leerán que Andrés Iniesta es el bien y Pepe el mal? ¿A eso se le llama periodismo?... Pues yo no soy periodista, no señor.

Iniesta, Pepe, el bien, el mal y el regular. Porque hay que estar más bien regular de la azotea y el flujo sanguíneo no debe llegar correctamente a su destino final con demasiada fluidez para escribir semejante chorrada sin que a uno le llamen la atención. Esto cómo va: ¿Migueli era el mal y Butragueño el bien ? ¿Amancio era el bien y Couto el mal? ¿O sólo Pepe es el mal?... Lo que está mal es tratar de apagar el fuego de una (merecida) fama de teatralidad por parte de algunos (no todos, a Puyol no le hace falta) jugadores del Barcelona, algo que se rumorea incluso fuera de nuestras fronteras, descalificando personalmente y juzgando éticamente a un deportista profesional. Y todo por darle salida a la cubertería. Yo se la compro. Ya veré qué narices hago con la cuchara sopera. Pero que por favor dejen de mentir de una puñetera vez.