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El penúltimo raulista vivo

Spain, twelve points

No recibió Vicente del Bosque el encargo de dirigir a la selección española de fútbol precisamente en el mejor momento para él. De acuerdo con que todos estábamos felices y satisfechos con el éxito de los nuestros en la Eurocopa, pero España llevaba los últimos cuarenta años siendo un equipo eminentemente perdedor y de repente, como quien no quiso la cosa y cuando menos nos lo esperábamos, resulta que Xavi, Iniesta, Silva, Casillas, Puyol, Torres y Villa conectaron y jugaron (y ganaron) un campeonato sin mácula alguna. Por supuesto que Del Bosque, nacido en Salamanca, que todavía sigue siendo territorio nacional español, se alegraba como cualquier hijo de vecino de lo sucedido en Austria, pero, egoistamente hablando, a él no le habría venido mal que el equipo nacional volviera a estrellarse con Luis como ya lo hizo en el Mundial de dos años antes. El juego era espectacular pero en la transición se expulsaron muchas bilis porque Luis se marchó a la Liga turca pegando un portazo.

De forma que Del Bosque, cuyo horizonte inmediato era el Mundial (la clasificación se daba por supuesta), tenía que deslumbrar y demostrar que era un técnico capaz y que no recibiría órdenes de nadie en el asunto de Raúl, la bomba de relojería que le pasó su antecesor en el cargo. Puesto que Hierro, el de la comparación con un Ferrari, era amigo de Raúl, y Del Bosque había sido su entrenador durante muchos años, era cuestión de tiempo (poco, muy poco, según los más avispados) saber cuándo volvería el 7: Raúl no ha vuelto a jugar con España, pero nadie le ha pedido perdón al seleccionador por tratarle como un guiñol. En cuanto a la capacidad de Vicente, siempre me llamó la atención que no se dudara de la de otros entrenadores que no habían ganado casi nada y sin embargo se pusiese en tela de juicio la de un hombre capaz de capaz de ganar en cuatro años dos Ligas, dos Ligas Europeas de Campeones, una Copa Intercontinental, una Supercopa de España y una Supercopa de Europa.

Desconozco, porque no estoy dentro de su cabeza, qué parte de "cálculo electoral" y qué parte de firme convicción futbolística existe en la decisión del actual seleccionador de no convocar a Raúl, pero, por si alguien lo dudaba, siete meses después de su nombramiento sí se puede afirmar que Vicente del Bosque González no es la marioneta absolutamente de nadie. España, por cierto, sigue jugando a las mil maravillas y rindiendo a todos y cada uno de sus rivales allá por donde va. Hoy mismo, Capello, Beckham y la prensa inglesa en general se deshacen en elogios hacia el juego de nuestra selección, la mejor del mundo según todos los expertos. Y Del Bosque, que ha sabido gestionar una transición enrarecida y está introduciendo poco a poco a otros jugadores en el equipo, cuenta todos sus partidos por victorias. Yo sabía que era una apuesta segura, aunque los palos llegarán si no consigue el Mundial. Nosotros somos así.

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