El Atlético de Madrid está interesado en el fichaje de Borja Iglesias para reforzar la delantera durante este mercado invernal. El ariete del Real Betis es el elegido por la dirección deportiva siempre y cuando Joao Félix salga también en enero, según ha informado Marca. La venta de Matheus Cunha al Wolverhampton inglés se cerró en el día de ayer.
El reto de la dirección deportiva colchonera es remodelar la zona ofensiva del equipo tras un pobre arranque de temporada. El Atlético se ha despedido a las primeras de cambio de Europa, y la Liga está prácticamente imposible. El objetivo de los de Simeone es ser terceros en Liga y desempeñar un buen papel en la Copa del Rey.
La salida de Cunha abre la posibilidad de reforzar la plantilla pero el límite salarial obliga a buscar más ventas. Joao Félix, quien está teniendo un mal inicio de temporada por su mala relación con el Cholo, tiene todas las papeletas para marcharse en enero. ¿El problema? El desorbitado precio que pide el Atlético a la hora de recuperar la inversión de 2019 cuando lo ficharon por 127 millones de euros.
Marca asegura que ya ha habido contactos entre el Atlético y el entorno de Borja Iglesias. El delantero ve con buenos ojos la llamada del club rojiblanco, y es que los de la capital se han quedado con un solo ‘9’ puro, y el gallego gozaría de sus buenos minutos en el Metropolitano.
Cláusula de rescisión elevada
El problema del Atlético será la negociación con el Betis. Los sevillanos no pondrán facilidades para que el delantero gallego salga. Llegó procedente del Espanyol en 2019 a cambio de 28 millones de euros, convirtiéndose en el segundo futbolista más caro de la historia de la entidad y su cláusula es superior a los 100 millones de euros.
"El Panda" cumple 30 años el mes que viene y tiene contrato hasta junio de 2026. A pesar de no haber sido convocado por Luis Enrique para el Mundial de Qatar, el ‘9’ verdiblanco es uno de los delanteros más en forma del panorama nacional. Su valor de mercado en Transfermarkt ronda los 25 millones de euros, lo que significa que Miguel Ángel Gil Marín tendrá que rascarse el bolsillo si quiere fichar a Iglesias.