
Mucho se ha hablado del Newcastle United desde la pasada temporada. Mucho se habla hoy después de su brillante victoria de anoche ante el Paris Saint Germain (4-1). Y seguramente mucho se hablará en las próximas semanas, meses, y temporadas. Y hay un mantra que acompaña al equipo siempre que así se hace: 'el nuevo rico'. No falta razón. Desde la llegada de Bin Salman se sabe que es, probablemente, el club con más músculo económico de Europa.
Sin embargo, hay otro dato que se suele relatar mucho menos. La cabeza, la coherencia, con la que los nuevos propietarios están actuando desde su desembarco. A diferencia de la mayoría de los 'nuevos ricos' que hay y ha habido en los últimos lustros, deseosos del fichaje de grandes estrellas y de resultados inmediatos. En el Newcastle las cosas se están cocinando a un fuego más lento. Anteponiendo los fichajes de futbolistas jóvenes y con una gran carrera por delante, a la de grandes estrellas -o grandes nombres-, aunque pudieran hacerlo.
Y, de hecho, los resultados están llegando incluso antes de lo previsto. Anoche, 4 de los 11 futbolistas titulares estaban ya en el equipo antes del gran cambio.
Una situación complicada
Hace justo dos años -el 7 de octubre de 2021- la Premier League aprobaba la toma de posesión del Newcastle por un Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita, dirigido por el príncipe heredero del reino, Mohammed bin Salman.
En ese momento, el Newcastle andaba en posiciones de descenso, incapaz de levantar cabeza. En la sombra acechaban los dos descensos sufridos en la última década. La primera decisión de la nueva directiva fue la de cesar el técnico Steve Bruce, todo un símbolo del fútbol británico, y apostar por un joven Eddie Howe, entonces en el Bournemouth de la Championship.
Con el mercado invernal llegaron los primeros refuerzos. Lejos de los grandes nombres que se relacionaban con las urracas, especialmente Gareth Bale y Coutinho, se invirtió muy bien en las llegadas de un defensa, Trippier (14 millones), un centrocampista, Bruno Guimaraes (42 millones, y dos menos que otro centrocampista fichado la temporada anterior, Joelinton) y un delantero, Wood (30 millones). Los dos primeros siguen siendo clave hoy.
Isak, el fichaje más caro
El equipo se salvó, y tocaba afrontar nuevos refuerzos. Una vez más se relacionó con nombres ilustres –sobre todo Harry Kane-, se llegó a hablar de que el equipo tenía más de 230 millones preparados en fichajes, pero nuevamente se actuó con cabeza. Llegó un buen portero, Nick Pope (11 millones), un defensa por el que se peleaba media Europa, Sven Botman (37 millones), un lateral izquierdo, Matt Target (17 millones), y en la última semana se cerró la contratación del fichaje más caro en la historia del club: Alexander Isak (70 millones).
En total 136 millones. La mitad que Chelsea y Manchester United. Menos que West Ham, Tottenham, Nottingham Forest o Wolverhampton. Equipos que terminaron todos por debajo en la clasificación final.
Porque la temporada para el Newcastle salió perfecta. Aunque en el club nunca nadie habló de Champions League, las jornadas avanzaban y las urracas estaban en la zona alta de la tabla.
En diciembre llegó Anthony Gordon por 47 millones. Otro joven con mucho por demostrar, con mucho por recorrer. Caro, sí. Pero equipos como Bournemouth o Southhampton gastaron más. Por no hablar de los 329 millones gastados por el Chelsea.
Y el Newcastle seguía en la zona alta. Tanto, que terminaría cuarto.
Tonali, la guinda
Nuevamente se esperaban grandes fichajes para el regreso a la Champions 20 años después. Se sabía que había dinero. Mucho dinero. Y con la entrada del nuevo rico en la mejor competición europea casi sin buscarlo –Amanda Staveley, directora del club, huía de los discursos grandilocuentes, repitiendo continuamente que había que crecer paso a paso-, se vincularon nombres enormes. Gigantescos. Como los de Mbappe, Neymar o Cristiano Ronaldo.
Pero no. La ruta estaba bien trazada. La que les había llevado hasta ahí. Y se volvió a fichar poco, pero muy bien.
Tonali fue el más caro. 64 millones. El traspaso más alto en la historia por un futbolista italiano. Pero muy lejos de lo invertido en el mismo verano en futbolistas como Declan Rice, Moisés Caicedo o Josko Gvardiol. Todos ellos relacionados también con el nuevo rico, por cierto.
Además llegaron Harvey Barnes (44 millones) y Livramento (37). En total, 153 millones. Por detrás de todos los grandes (Chelsea, Tottenham, City, Arsenal, United y Liverpool, en ese orden, gastaron más). A pesar de que el Newcastle era el nuevo rico. El más rico de todos.
Y el equipo vuelve a funcionar. Pese a las tres derrotas en las cuatro primeras jornadas, los de Eddie Howe han encadenado ahora tres victorias consecutivas en Premier (8-0 al Sheffield incluido), han eliminado al Manchester City en la Carabao Cup, y anoche mostraron al mundo ante el PSG que este equipo va muy en serio.
Que las cosas, con dinero, son más fáciles. Claro. Pero el dinero no basta con tenerlo y gastarlo. Hay que saber invertirlo. Y desde la llegada de los nuevos ricos a St James’ Park, han demostrado que saben hacerlo. Sin ser, ni de lejos, los que más gastan.

