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Mohammed Al-Kathiri, el MVP de un Mundial sub17 al que no dejaron triunfar

Tras asombrar al mundo en 1995, el futbolista omaní no terminó de explotar. O no le dejaron. Con 22 años se retiraría del fútbol.

Tras asombrar al mundo en 1995, el futbolista omaní no terminó de explotar. O no le dejaron. Con 22 años se retiraría del fútbol.
Mohammed Al-Kathiri, con el premio de mejor jugador conseguido en el Mundial sub17 de Ecuador. | Archivo

Los mundiales de fútbol sub17, como el que se está disputando en estos momentos en Indonesia, suelen destapar nombres de futuras estrellas. Inolvidable fue la eclosión de Figo y Rui Costa en el de 1989 en Escocia. Cesc Fàbregas, Carlos Vela, Toni Kroos o Victor Osimhen son otros ejemplos. Muchos, por contra, se quedaron por el camino pese a maravillar a todos durante un verano. Se nos vienen a la mente nombres como los de Lamptey, Chrisantus o Daniel Addo. Sin embargo, pocas historias resultan tan abrumadoras como la de Mohammed Amar Al-Kathiri, estrella de la sorprendente Omán de 1995.

Nacido en Salalah el 7 de diciembre de 1978, Al-Kathiri era la estrella de Omán, que acudía por primera vez al campeonato del mundo sub17. A la cita llegaba como uno de los rivales más débiles. Pero sólo a priori. Porque ya en el primer encuentro se impuso por 2-1 a Canadá. Mohammed Amar Al-Kathiri fue el autor de los dos tantos.

Una victoria histórica. Extravagante. Inesperada. Hay que tener en cuenta que para formar el equipo sub17 de Omán, se tuvo que hacer una selección entre los adolescentes que jugaban por las calles del país, ya que apenas existían clubes con categorías inferiores, como recoge 'Periodistán' (@periodistan_) en un brillante hilo en Twitter sobre la figura de Kathiri.

Tras aquel prometedor arranque, Omán sumaría un más que meritorio empate ante Brasil, la gran favorita al título, y que contaba con futbolistas como Julio Cesar, Fabio Aurelio, Renato o Edú.

Pero más sorprendería en la tercera jornada. Jugándose el pase a cuartos contra Alemania, Omán pasó por encima de los europeos. 3-0, con otro tanto de Al-Kathiri desde el punto de penalti.

En los cruces, Omán remontó ante Nigeria (2-1). Al-Kathiri fue el autor del empate a uno, su cuarto gol en la competición. Aún marcaría uno más, en las semifinales ante Ghana, ante la que caería derrotada (1-3).

Es decir, en su primera aparición en un torneo internacional, con un equipo formado a través de un ‘casting’, Omán alcanzaba las semifinales. Sólo sería derrotada por la selección que a la postre terminaría por proclamarse campeona del mundo, Ghana. Y Mohammed Al-Kathiri sería el máximo goleador de la competición, con cinco tantos. Pese al total desconocimiento sobre el futbolista sólo quince días atrás, a nadie sorprendió que fuera elegido mejor futbolista del Mundial. El único futbolista árabe que ha recibido tal reconocimiento.

Tras aquella exhibición, Kathiri regresa a casa soñando con un futuro brillante en el mundo del fútbol. No era entonces nada fácil para un futbolista de Omán darse a conocer. Pero sin duda aquel campeonato del mundo había sido un perfecto escaparate. Además, en el mismo 1995 recibe el premio a mejor futbolista joven de Asia.

Son varios los equipos europeos que se interesan por su fichaje. Entre ellos, el Atlético de Madrid, según relataría el futbolista años más tarde. Una delegación colchonera se desplaza hasta Salalah para cerrar su incorporación. Pero como Al-Kathiri no tiene representante, deben negociar directamente con la Asociacion de Fútbol Omaní. Todo son trabas. La OFA le dice al Atlético que si lo quiere, deben llevarse a otros cuatro jóvenes del país a su cantera. Rechazan la propuesta.

Tampoco fructificará ninguna de las otras posibles negociaciones. Omán no está dispuesto a que su estrella salga del país. Así que el MVP del Mundial se frustra, y debe continuar en la liga doméstica. En el Al-Nasr.

En las cuatro siguientes temporadas, además de un campeonato nacional juvenil, ganará una liga, una copa, y dos subcampeonatos. Pero aquello no le llena. Enjaulado, siente que su fútbol debería ir más allá de las fronteras de Omán, y se cansa. Una pequeña lesión será el cúlmen. En el 2000, con apenas 22 años, decide que ha llegado la hora de dejarlo. Se retira. Abandona el fútbol.

Su vida cambiará por completo. Volverá a los orígenes. A trabajar en el campo como ganadero junto a su padre. De estar rodeado de las futuras mejores estrellas del planeta, a estar rodeado de vacas. Esa es la realidad de Al-Kathiri en un lapso de tan solo 5 años. Y se supone que así sigue siendo, porque desde entonces nada más se sabe de él.

De aquel joven que con 17 años fascinó al mundo. De aquel indudable talento llamado quién sabe si a triunfar en Europa, pero al menos a intentarlo, y a quien no le dejaron. Hoy, el fútbol en Omán ha cambiado y ha crecido mucho. Muchísimo. Pero en el país aseguran que no se ha vuelto a ver ningún futbolista como Mohammed Amar Al-Kathiri

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