
El reciente fallecimiento de Bobby Charlton, posiblemente el mejor futbolista inglés de la historia (con el permiso de Jude Bellingham, que pinta muy bien), ha dejado a Geoff Hurst, el delantero del West Ham que consiguió un hat-trick —incluyendo el celebérrimo gol fantasma— en la final frente a la RFA, como único superviviente de los once jugadores que conquistaron la Copa del Mundo aquella tarde del 30 de julio de 1966. Pero hoy vamos a recordar brevemente al que podía considerarse como el villano de aquel equipo, el chico malo, el bad boy de los pupilos de Sir Alf Ramsey: Nobby Stiles, el medio defensivo del Manchester United y la selección de Inglaterra, especializado en marcajes al límite de la ley (o del reglamento).
Un marcador implacable
Norbert Nobby Peter Stiles vino al mundo en plena Segunda Guerra Mundial, el 18 de mayo de1942, en Collyhurst, un barrio de clase obrera del norte de la ciudad de Mánchester. Nació durante un bombardeo de la Luftwaffe y su padre era dueño de una funeraria, negocio siempre prospero y más en aquellos momentos. Por lo tanto habrá quien sostenga que Stiles traía ya de cuna, en su código genético, ese carácter de jugador destroyer que le hizo famoso, convirtiéndole en un icono del juego duro de los años 60, y haga el chiste fácil (el hijo los mata —metafóricamente hablando— y el padre los entierra).

Su físico no hacía presagiar que tuviera demasiado futuro en eso del fútbol, y muchísimo menos el lugar privilegiado que ocuparía en la élite: era bajito —poco más de 1,60 metros—, le faltaban dientes —usaba dentadura postiza— y era corto de vista (en el campo llevaba lentillas, y en la calle gafas), y en plena efervescencia de los Beatles y el pop andaba también escaso de pelo, pero pronto se revelaría como un marcador muy pegajoso, rápido y correoso, que trabajaba a conciencia tobillos y espinillas adversarias, cortaba juego y cedía al instante el balón a compañeros mejor dotados técnicamente que él para el juego de creación. Por eso tanto Matt Busby en su club —donde debuta en 1960, sólo dos años después de la tragedia de Múnich— como Alf Ramsey con Inglaterra valoraron mucho sus cualidades, otorgándole su confianza.
Campeón del mundo y de Europa
Su época dorada transcurre entre 1966 y 1968. En el Mundial del 66 jugó todos los minutos de la Selección de los Tres Leones, hasta proclamarse campeón, pero poco después fue perdiendo paulatinamente su sitio en el combinado nacional, siendo sustituido por el jugador del Tottenham Alan Mullery (de hecho, será el campeón del mundo con menos internacionalidades, aunque 28 caps —con un gol en un amistoso frente a la RFA—, para aquellos tiempos no estén nada mal). En el United, sin embargo, continuó prestando valiosos servicios, que se prolongaron durante toda una década. De algún modo, Stiles era la contrafigura de Bobby Charlton, caballeroso y elegante, pero el fútbol siempre necesitará perros de presa, aunque ahora midan más de metro ochenta, tengan todos los dientes en su sitio, y no necesiten corregir su visión.
En la segunda mitad de los años 60 Stiles era considerado el ‘hombre malo’ por antonomasia del fútbol mundial, puesto que sus durísimos marcajes a la gran estrella portuguesa Eusebio, tanto en el Mundial de 1966 —donde también a Pelé lo brearon de lo lindo, lusos y búlgaros— como en la final de la Copa de Europa de1968 contra el Benfica tuvieron amplia repercusión gracias a la creciente cobertura televisiva de la que ya gozaba el fútbol. Sin embargo, su dudosa fama fue empalideciendo por culpa de los graves incidentes que protagonizaban equipos argentinos como Racing de Avellaneda o Estudiantes de La Plata, que convirtieron las finales intercontinentales de los últimos 60 en auténticas batallas campales.

Descubridor de talentos
Pero todo tiene su fin, y el propio Stiles acabaría por marcharse del Manchester United en 1971, tras once temporadas en Old Trafford, con dos Ligas, una FA Cup y una Copa de Europa en su palmarés, 392 partidos y 19 goles, para unirse primero al norteño Middlesbrough —que pagó 20.000 libras por su pase— y más tarde a un histórico muy venido a menos como el Preston North End, donde se reencontró con su compañero de tantísimas tardes, Bobby Charlton, y comenzó a realizar labores de entrenador que continuará luego en Canadá, y ya de vuelta a Inglaterra en West Bromwich Albion y las categorías inferiores del Manchester United, donde su buen ojo clínico, a pesar de la miopía, descubrió talentos como David Beckham, Ryan Giggs, Paul Scholes, Micky Butt o los hermanos Gary y Phil Neville.

Sus últimos años fueron tristes, pues al igual que otros célebres futbolistas británicos tuvo que lidiar con problemas de salud y económicos. De ese modo se vio obligado a vender medallas y trofeos obtenidos durante su carrera deportiva, y fue el propio United el que acudió en su ayuda, adquiriéndolos para su museo por una elevada cantidad (alrededor de 200.000 libras esterlinas). Finalmente Nobby Stiles dejaba de existir el 30 de octubre de 2020, a los 78 años, minado por un cáncer de próstata y una demencia, enfermedad esta que se ha llevado también por delante a varios de los componentes de la escuadra campeona del 66 (los hermanos Charlton, Ray Wilson y Martin Peters). El gran Eusebio ya lo esperaba en el Cielo desde hacía varios años para jugar el partido de la Eternidad.
