Kellyn Acosta, jugador de los Chicago Fire, marcó uno de los goles más surrealistas de la historia. El partido, con 3-3 en el marcador, llegaba a su fin y Kellyn colgó un balón desde su propio campo al área rival... entre el viento y el portero rival hicieron el resto.
Chicago terminó imponiéndose 4-3 a Montreal.
