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La madre de todas las remontadas: Real Madrid 5 - Derby County 1

Cuadragésimo octavo artículo de Historias de Fútbol, recordando la increíble remontada del Madrid en la Copa de Europa del curso 1975/76.

Cuadragésimo octavo artículo de Historias de Fútbol, recordando la increíble remontada del Madrid en la Copa de Europa del curso 1975/76.
Santillana marcó el gol de la remontada contra el Derby County en la Copa de Europa de 1975/76. | CIHEFE

Hoy en día nadie pone en duda que el auténtico ADN del Real Madrid es esa indesmayable fe suya en la victoria —"¡hasta el final, vamos Real!"— que le lleva a abonarse a la épica, una y otra vez, saliendo casi siempre vencedor ante la estupefacción de los aficionados de todo el mundo, que no acaban de explicarse qué mágicas virtudes para obrar tantos milagros poseen ese escudo, esa camiseta, y ese templo del fútbol que lleva el nombre de un auténtico visionario: Santiago Bernabéu.

Y quien inició ese interminable carrusel de hazañas, en calidad de víctima, fue el Derby County, en aquel lejano otoño de 1975, cuando España vivía los últimos estertores del régimen franquista, y Hassan II lanzaba la Marcha Verde para apoderarse del Sahara. Los Carneros (The Rams), un modesto club provinciano de una localidad del centro de Inglaterra, habían sido el primer proyecto triunfal de un entrenador legendario, Brian Clough (Middlesbrough, 21 de marzo de 1935 — Derby, 20 de septiembre de 2004), lo que se dice un equipo de autor.

Para 1975, Clough ya no estaba allí —tras una brevísima etapa en el entonces poderoso Leeds United, se había trasladado al vecino Nottingham Forest, a seguir haciendo historia—, pero aquel Derby había ganado ya un par de ligas inglesas (1971-72 y 1974-75), y contaba con varios jugadores destacados, entre ellos Charlie George, procedente del Arsenal, y el veterano Francis Lee, figura del primer Manchester City importante, el conjunto que conquistó Liga, FA Cup y Recopa a finales de los años 60, así como el escocés Archie Gemmil o Kevin Hector.

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Charlie George.

Duro correctivo en tierras británicas

El formato que se gastaba entonces la Copa de Europa —pasarían bastantes años antes de que la rebautizasen como Champions League— no sabía de grupos ni de cabezas de serie: sorteo puro desde la primera eliminatoria, dieciseisavos de final. De manera que teóricos favoritos podían enfrentarse entre sí ya en las primeras rondas, y más de uno se quedaba fuera antes de tiempo. Y en aquella edición de 1975-76 el bombo quiso que los campeones de Inglaterra y España (los campeones eran los únicos de cada país que disputaban la competición, salvo que hubiese otro equipo compatriota ganador del torneo anterior) se vieran las caras en octavos, tras eliminar a Slovan de Bratislava y Dinamo de Bucarest, respectivamente. Y sólo podía quedar uno.

El partido de ida se jugó el 22 de octubre de 1975 en terreno británico, el Baseball Ground, y su resultado supuso un serio contratiempo para las aspiraciones del conjunto merengue, dirigido por Miljan Miljanic, que esa noche vistió completamente de azul. A los 15 minutos ya ganaban los locales por 2-0, obra ambos de Charlie George, el segundo de ellos al transformar un penalti. En el minuto 24, Pirri acortaría distancias, pero en el 42’ Nish puso el 3-1, en un disparo desde lejos en el cual el meta madridista Miguel Ángel no estuvo muy afortunado.

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Francis Lee.

A los 20 minutos de la segunda parte le sería anulado un gol al propio Pirri, por un inexistente fuera de juego, a instancias del juez de línea sovietico —en realidad oriundo de Azerbaiyán— Tofiq Brakhamov, casualmente el mismo linier que había validado el famoso Gol Fantasma del inglés Geoff Hurst en la final del Campeonato del Mundo de 1966, el que pondría ya en ventaja a los pupilos de Sir Alf Ramsay. Poco después George haría el 4-1 definitivo, al ejecutar un nuevo penalti.

Y llegó el día de la venganza

Evidentemente el madridismo no quedó nada contento con el resultado de Derby, achacándolo a una más que discutible actuación arbitral, y se conjuró para intentar una proeza que se antojaba casi imposible, aunque el solitario tanto logrado por Pirri podría valer su peso en oro en caso de que los blancos consiguiesen igualar la eliminatoria. Como grandes novedades van a presentar a Benito y a Santillana, cuya ausencia se dejó notar bastante en terreno británico. El 5 de noviembre de 1975, en plena agonía del general Franco y a las órdenes del colegiado suizo Hungerbuahnler, los dos equipos formaron con las siguientes alineaciones: por el Real Madrid salieron Miguel Ángel; Sol, Benito, Pirri, Camacho; Breitner, Del Bosque, Netzer; Amancio (Rubiñán), Santillana y Roberto Martínez. Por el Derby jugaron Boulton; Thomas, Todd, McFarland, Nish; Powell, Gemmil, Newton, Hector (Bourne y más tarde Hinton); Davies y George.

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La alineación del Real Madrid aquel día.

El partido tuvo el comienzo soñado, ya que a los 3 minutos de juego Roberto Martínez cazaba un balón suelto en el área y hacía el 1-0, pero el marcador no volvería a moverse en toda la primera parte. Y también va a iniciarse muy favorablemente en la segunda, pues el mismo Pipi Cazagoles marcaba el 2-0 a los cinco minutos de la reanudación, recogiendo un rechace en la madera. Y seis más tarde era Santillana, rematando de certero testarazo una falta botada por Netzer, quien lograba el 3-0, que ya ponía en franquía la eliminatoria para el Real Madrid, merced al valor doble del tanto logrado por Pirri en Baseball Ground dos semanas antes. Sin embargo, en el 62’ Charlie George enfriaba la euforia merengue con un tiro desde fuera del área que batía a Miguel Ángel. De manera que los ingleses volvían a situarse por delante en el cómputo global.

Pero en el 82 va a ser Pirri quien restablezca la igualada al transformar un penalti cometido por derribo a Amancio. Y con ese resultado, que equilibraba al de la ida, concluyó el tiempo reglamentario, teniendo que jugarse la preceptiva prórroga de 30 minutos, dividida en dos tiempos de 15. Y en el minuto 99 llegaría la jugada que llevará ya el delirio a las gradas del Santiago Bernabéu. Santillana, tras controlar con el pecho un pase de Breitner y hacerle un sombrero a un defensa, empalma un gran disparo, fusilando al meta inglés (5-1). Y aún habría quien dijese que el ariete cántabro no sabía jugar con los pies

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Y la del Derby County.

Se había consumado la hazaña, la primera de muchas que tendrían lugar en tan mágico escenario. La clave de la gran victoria estuvo en marcar al comienzo de ambas partes, los llamados "goles psicológicos", y también en no venirse abajo tras encajar el momentáneo 3-1 que les eliminaba. El Daily Express escribiría al día siguiente que aquel había sido "el más memorable segundo tiempo de la Copa de Europa".

Remontando, que es gerundio

Ya en semifinales, y tras dejar en la cuneta al fortísimo Borussia Mönchengladbach, el Madrid sería eliminado por el Bayern de Múnich, con la tristemente célebre agresión del ‘loco del Bernabéu’ al árbitro austriaco Linemayr en el encuentro de ida. Con posterioridad, en la temporada 79-80, el Real Madrid superaría otro marcador claramente desfavorable que se traía de las Islas Británicas, en este caso un 0-2 adverso frente al entonces potente Celtic de Glasgow, y ya en la década de los 80 patentaría el famoso ‘miedo escénico’ del Bernabéu, con sus inefables "90 minuti son monto longo" (Juanito dixit)., y el Anderlecht, el Inter de Milán y nuevamente el Gladbach como víctimas propiciatorias.

Y en esas sigue el conjunto blanco, erre que erre, casi medio siglo después de aquella histórica goleada al Derby County, la Madre de todas las remontadas.

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