
El colegiado vizcaíno Ricardo de Burgos Bengoetxea será el árbitro de la final de Copa del Rey que el Real Madrid y el FC Barcelona disputarán el próximo sábado 26 de abril en el Estadio de La Cartuja de Sevilla. En el VAR estará el asturiano Pablo González Fuertes.
De Burgos, de 39 años, es un hombre de la máxima confianza del Comité Técnico Arbitral (CTA), que preside Luis Medina Cantalejo, y cuenta con varias polémicas en contra del Madrid en su historial.
El CTA ha apostado por De Burgos Bengoetxea para el Clásico de la final de Copa –tercer duelo de la temporada entre blancos y culés, que volverán a medirse el próximo 11 de mayo en Montjuic en un duelo que podría acabar siendo decisivo en el devenir de LaLiga–, en lo que está considerado como uno de los partidos más bonitos del fútbol español.
De Burgos, que lleva pitando en Primera División desde el año 2015 y que es internacional desde 2018, dirigirá así su cuarto Clásico entre Madrid y Barça. El primero fue en 2017, en la ida de la Supercopa de España, cuando se jugaba a ida y vuelta, en un partido que será recordado por la expulsión de Cristiano Ronaldo en el Camp Nou (victoria del Madrid por 1-3).
Los otros dos Clásicos tuvieron lugar en 2023, en la final de la Supercopa de España disputada en Arabia Saudí (victoria del Barça por 1-3) y en partido de Liga en Barcelona esa misma temporada (triunfo culé por 2-1).
Balance con Madrid y Barça
En 25 ocasiones ha pitado De Burgos al Real Madrid, con 16 victorias del equipo blanco, cuatro empates y cinco derrotas. En lo que va de temporada sólo le ha arbitrado una vez al Madrid: la semifinal de la Supercopa de España ante el Mallorca.
En cambio, al Barça le ha pitado en un total de 31 encuentros. Los culés tienen mejores datos: 25 triunfos, un empate y cinco derrotas. Esta temporada le arbitró tres veces, de las que dos fueron ante el Atlético de Madrid, tanto en Montjuic como en el Metropolitano, ambos de Liga. El otro encuentro fue ante el Sevilla.
En un principio parecía que el elegido iba a ser el riojano César Soto Grado, que fue protagonista el pasado 13 de abril en Mendizorroza, en el Alavés-Real Madrid (0-1), por haber expulsado a Kylian Mbappé por una durísima entrada a Antonio Blanco y, especialmente, por la redacción del acta sobre la roja del delantero francés y que permite al jugdor madridista regresar en la próxima jornada de Liga (el miércoles ante el Getafe en el Coliseum) tras un partido de sanción.

