
Atrás quedan los tiempos en los que LaLiga española era "la mejor liga del mundo". Una afirmación que bien pudo sostenerse en el aspecto deportivo mientras Cristiano Ronaldo y Leo Messi estuvieron defendiendo las camisetas del Real Madrid y el FC Barcelona, respectivamente, protagonizando una de las mayores rivalidades en la historia del deporte junto a las de Larry Bird-Magic Johnson, Muhammad Ali-Joe Frazier, Bjorn Borg-John McEnroe, Ayrton Senna-Alain Prost...

Porque la realidad socioeconómica en el fútbol viene liderada por Inglaterra desde hace varias décadas. Y es que la Premier League se ha consolidado como la liga de fútbol más poderosa del planeta ya no solo en el aspecto financiero, sino también en el plano deportivo al contar con la mayoría de los mejores jugadores (a excepción de casos como Kylian Mbappé, Lamine Yamal, Ousmane Dembélé, Vinícius Júnior...).
Con ingresos que duplican a los de LaLiga española —alrededor de 6.440 millones de euros frente a 3.250 millones en la última temporada consolidada—, el campeonato británico se ha convertido en una auténtica máquina de generar dinero, influencia y marca. LaLiga alcanzó un brillo deportivo incomparable durante los años de Messi y Cristiano (2005-2018), pero no logró capitalizar ese dominio sobre el terreno de juego con un modelo de negocio competitivo frente al inglés.

Como ya publicó Libertad Digital el pasado 13 de agosto, la Premier League gana a LaLiga por goleada, gastando en fichajes casi cinco veces más (2.389 millones de euros frente a 530 millones). Y es que, mientras el campeonato español ajusta el gasto y clubes como el FC Barcelona tienen serios problemas a la hora de cuadrar las cuentas para cumplir el fair play financiero —la famosa regla del 1:1 que impide a un equipo acometer más gastos que ingresos en fichajes, sobre todo para proteger sus intereses—, el fútbol inglés sigue permitiéndose el lujo de romper récords tanto a la hora de comprar como de vender.
Pero, ¿cuáles son las claves? ¿Por qué la Premier gana el doble que la Liga española? La respuesta es múltiple: una estrategia de reparto televisivo pionera y equitativa, una apuesta temprana por la internacionalización, un ecosistema de propiedad más abierto y capitalizado, un producto audiovisual cuidado hasta el extremo y un marketing global que ha convertido al campeonato inglés en la llamada ‘NBA del fútbol’. En LD desgranamos las claves que explican la brecha económica entre las dos ligas más poderosas del mundo, con una distancia a todas luces insalvable entre la primera y la segunda.
La revolución de 1992
Para empezar a entender este modelo de negocio hay que remontarse al año 1992, que fue cuando nació la Premier League tal y como la conocemos. Fue tras una escisión de los clubes más poderosos de la antigua First Division. Inspirados en el modelo estadounidense, los equipos ingleses entendieron que la clave no era solo ganar en el campo, sino vender el espectáculo de forma conjunta. Ese año se firmó un contrato de televisión con Sky Sports de 304 millones de libras, una cifra entonces sin parangón prácticamente en el mundo del deporte y, sobre todo, en el fútbol.

LaLiga, en cambio, mantuvo durante décadas un sistema de venta individual de derechos televisivos. Real Madrid y FC Barcelona monopolizaban gran parte de los ingresos audiovisuales, lo que generaba desigualdad interna y, a la larga, debilitaba el producto colectivo. No fue hasta 2015 cuando se instauró un modelo centralizado similar al inglés. Pero para entonces, la Premier ya llevaba más de veinte años de ventaja.
El poder de los derechos televisivos
Hoy en día, la Premier League ingresa alrededor de 3.800 millones de euros anuales en derechos televisivos, más de 2.000 millones de los cuales proceden del extranjero. LaLiga, en cambio, apenas supera los 2.000 millones, de los que menos de 1.000 provienen de mercados internacionales.

La diferencia no es solo cuantitativa, sino cualitativa. Mientras que la Premier se consume en 212 países de todo el mundo y ha logrado contratos millonarios en Asia y América, LaLiga sigue teniendo dificultades para vender su producto más allá de Europa y Latinoamérica. El partido de las 12:30 del sábado, diseñado expresamente para el mercado asiático, es un ejemplo del intento español de seguir la estela inglesa, pero con resultados bastante más limitados. Por poner un ejemplo, para el público asiático no es lo mismo ver un Newcastle-Chelsea que un Sevilla-Villarreal, por poner un ejemplo. Así, solo un Madrid-Barça genera un interés mayor en todo el mundo que un duelo entre los dos mejores equipos de la Premier (véase, Liverpool y Manchester City).
Reparto equitativo y competitividad interna
Uno de los secretos del éxito británico es el reparto más equitativo de los ingresos televisivos. En la Premier, el equipo que menos cobra (Burnley) recibe alrededor de 100 millones de libras por temporada, mientras que el campeón (Liverpool) supera los 170 millones. En España, la diferencia es mucho mayor: Real Madrid y Barcelona ingresan en torno a 160 millones, mientras que clubes como el Getafe o el Rayo Vallecano apenas rondan los 50 millones.

Este modelo inglés asegura una mayor competitividad, lo que se traduce en un campeonato más emocionante e impredecible. La narrativa del "cualquiera puede ganar" se convierte en un reclamo de primer nivel para el aficionado global, mucho más atractivo que un torneo que todavía, a día de hoy, continúa monopolizado por Madrid y Barça.
Inversores extranjeros y músculo financiero
La Premier también se ha abierto desde hace tiempo al capital extranjero. Fondos de inversión, magnates y grupos empresariales de todo el mundo controlan a día de hoy más de la mitad de los clubes. Desde el Manchester City de Abu Dhabi hasta el Chelsea (primero Roman Abramovich, ahora un consorcio estadounidense), pasando por el Newcastle de Arabia Saudí o el Manchester United con accionistas de Wall Street, el campeonato inglés se ha convertido en un polo de atracción para la inversión global.

LaLiga, en cambio, mantiene un modelo más restrictivo de propiedad, basado en sociedades anónimas deportivas y, en el caso de Real Madrid, Barcelona, Athletic Club de Bilbao y CA Osasuna, en asociaciones deportivas. La entrada del fondo CVC en 2021 fue un movimiento relevante, pero puntual. Esta limitación ha frenado la capacidad de los clubes españoles para inyectar capital fresco y competir en el mercado global.
Producto audiovisual: el ejemplo del VAR
El packaging del producto también marca la diferencia. Y es que la Premier cuida al milímetro cada detalle de la retransmisión: cámaras de última generación, sonido ambiente trabajado, grafismos homogéneos y modernos, horarios pensados para audiencias internacionales y narrativas de storytelling que convierten cada jornada en un espectáculo global.

No cabe duda de que LaLiga ha conseguido avanzar, y mucho, en este terreno, con la implantación de la producción unificada de Mediapro y más recientemente con la propia producción de LaLiga Tech, pero todavía continúa estando muy por detrás en innovación audiovisual. El ejemplo más evidente es el VAR: mientras que en Inglaterra se muestra al espectador el proceso de decisión, en España se mantiene opacidad, algo que resta confianza y espectáculo.
Estrategia de internacionalización
Desde hace más de dos décadas, la Premier abrió oficinas en Asia y América, impulsó giras veraniegas y construyó academias en distintos países. Hoy cuenta con delegaciones en más de diez ciudades clave, desde Nueva York hasta Hong Kong, pasando por Singapur o Dubái. Además, el campeonato inglés ha sabido vincular su producto con el idioma inglés y la cultura británica, que gozan de un enorme atractivo global.

LaLiga, aunque ha intensificado sus esfuerzos en la última década con oficinas en países como México, China o Sudáfrica, partía con retraso. La última idea es llevar un partido oficial del campeonato (Villarreal-FC Barcelona, programado para el próximo 20 de diciembre) a la ciudad de Miami, simbolizando la voluntad de internacionalización: aunque la Federación Española de Fútbol (RFEF) finalmente parece haber dado su brazo a torcer, el Real Madrid lidera una campaña, dirigiéndose al Gobierno, la UEFA y la FIFA, para tratar de evitar que el Villarreal-Barça se dispute fuera del territorio nacional.
Patrocinios y acuerdos comerciales
La Premier League genera más de 1.600 millones de euros en patrocinios y acuerdos comerciales, frente a los poco más de 900 millones de LaLiga (también en este apartado el campeonato inglés gana al español por prácticamente el doble). La explicación radica en la globalidad del producto: para marcas multinacionales, asociarse con la Premier significa visibilidad en todo el mundo, mientras que LaLiga sigue percibiéndose como un campeonato más localizado en España y América Latina.
Además, los clubes ingleses aprovechan esa proyección. El Manchester United, por ejemplo, firmó un acuerdo histórico con Adidas por 900 millones de libras en diez años; el City ha tejido una red de patrocinios vinculados al Grupo Abu Dhabi; y hasta equipos modestos como el Aston Villa o el Brighton and Hove Albion cuentan con contratos con empresas globales de tecnología, finanzas o apuestas.
Gobernanza y marca unificada
Otra clave reside en la gobernanza de la liga. La Premier League funciona como una asociación de clubes, donde cada decisión se toma por mayoría cualificada. Existe una sensación de proyecto común, donde los equipos entienden que el éxito colectivo refuerza el individual. En España no ocurre así. La rivalidad entre clubes grandes y pequeños ha dificultado ese consenso y lo que ocurre en LaLiga es un buen ejemplo. Su presidente, Javier Tebas, ejerce un liderazgo fuerte pero polarizante. No hay más que ver, por ejemplo, las viejas rencillas que mantiene en todos los asuntos con el Real Madrid (a pesar de ser reconocido seguidor del club blanco) y especialmente con su presidente, Florentino Pérez.

La marca también juega un papel esencial. La Premier es percibida como ‘la liga de todos’, con un logotipo simple y global, mientras que LaLiga ha tenido que trabajar contra la idea de que es ‘la liga de dos’.
El factor cultural y lingüístico
El inglés es hoy la lengua franca global. Este factor ha potenciado el atractivo internacional de la Premier, cuyos partidos se narran con facilidad en cualquier rincón del mundo. España, aunque potencia cultural e idiomática en América Latina, no alcanza esa universalidad. LaLiga ha intentado compensarlo con iniciativas de traducción y narración en múltiples idiomas, pero la Premier ya juega con esa ventaja estructural.
¿Se puede reducir la brecha?
LaLiga ha reaccionado en los últimos años con medidas importantes como la centralización de derechos, impulso de LaLiga Tech, control financiero para garantizar sostenibilidad (fair play financiero) y planes de internacionalización. Sin embargo, la brecha con la Premier no solo persiste, sino que se ha ampliado. El reto para el fútbol español pasa por diversificar sus fuentes de ingresos, mejorar su producto audiovisual y encontrar vías de inversión que permitan competir en el mercado global.
Algunos expertos sostienen que la única manera de acercarse es apostar por una mayor competitividad interna, reducir la dependencia de Real Madrid y Barcelona y vender una liga más equilibrada y emocionante. Otros apuntan a la necesidad de una gobernanza menos personalista y más consensuada.

En cualquier caso, los economistas catalanes Josep Sanfeliu y Martí García Pons no son tan optimistas a la posibilidad de reducir la brecha y, tal y como vienen afirmando en su informe anual ‘Las finanzas de las cinco grandes Ligas del fútbol europeo’, "la brecha entre la Premier y LaLiga no solo persiste, sino que cada año se va ampliando".
Dominio deportivo pero no económico
En definitiva, el hecho de que la Premier genere el doble de ingresos respecto a LaLiga no es fruto de la casualidad, sino de una estrategia de más de tres décadas basada en visión empresarial, internacionalización y venta del espectáculo como un producto global. España, a pesar de haber tenido en sus filas a los mejores jugadores del mundo durante una década, no supo traducir ese dominio deportivo en hegemonía económica. La Premier en cambio sí lo hizo, y hoy disfruta de una ventaja que parece difícil de revertir.
El fútbol se ha convertido en un negocio global en el que la Premier League ejerce de líder indiscutible. LaLiga, mientras tanto, lucha por no quedar relegada a un segundo plano en un mercado cada vez más competitivo.


