Sus 36 años (37 el próximo mes de septiembre) pueden ser los mejor llevados de toda Europa. Luka Modric sigue dando lecciones sobre el terreno de juego y la edad no es un hándicap, sino más bien al contrario: como el vino, envejece bien con los años.
El centrocampista croata lleva ya diez años en el Real Madrid. Aterrizó en verano de 2012, procedente del Tottenham Hotspur a cambio de 30 millones de euros, y en este tiempo ha logrado 31 goles y 63 asistencias en 430 partidos, números que lo han convertido, además de una gran cantidad de títulos (cuatro Champions, cuatro Mundiales de Clubes, dos ligas y una Copa del Rey, entre otros), en un auténtico icono del madridismo.
Modric, ganador del Balón de Oro en 2018 tras proclamarse subcampeón del mundo con la selección croata y haber ganado la Copa de Europa con el Real Madrid, termina contrato el próximo 30 de junio, pero su continuidad en el club blanco nunca ha dado sensación de estar en peligro.
Como ya adelantó Libertad Digital el pasado 17 de enero, Modric renueva por un año más sin exigir ninguna cantidad económica (su sueldo es de unos 10 millones de euros netos anuales), pero el diario As añade este viernes que la entidad merengue le ofrece una segunda temporada opcional en función de su rendimiento en el campo.
Pero la cosa no queda ahí. Desde los despachos blancos se tiene claro que Modric es un ejemplo para los canteranos, nuevos fichajes y aficionados, por lo que el club le ha presentado un proyecto para que se integre en la estructura del club una vez que cuelgue las botas, pasando a formar parte de la dirección deportiva como premio a su compromiso con el Real Madrid durante esta última década.