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Caos total en el Valencia: el infierno amenaza a un equipo dinamitado por un singapurense

El Valencia atraviesa una galopante crisis deportiva, económica y social.

El Valencia atraviesa una galopante crisis deportiva, económica y social.
Peter Lim ha dinamitado todos los cimientos del Valencia | EFE

El Valencia vive uno de los momentos más delicados de su historia. Desde la llegada de Peter Lim el conjunto che transita en el alambre y en cualquier momento puede caer al mismísimo infierno.

Peter Lim, de héroe a villano

Han pasado casi nueve largos años, tortuosos, desde que en 2014 Peter Lim se hizo con la mayoría de acciones del Valencia. Lo que es la vida. El empresario singapurense llegó como salvador, como un auténtico ídolo de un equipo que tenía más de 300 millones de deuda y que venía de firmar una temporada mediocre. A la fiel afición del Valencia la hicieron ver que su amado club estaba con la soga al cuello, que el barco se hundía y necesitaba un nuevo comandante a los mandos.

Su empresa, Meriton, fue elegida entre los proyectos que se presentaron para hacerse con el control del club por una cuenta gestora creada al efecto en la que participaron la Fundación Valencia CF, el Valencia CF, Bankia y la Generalitat. El patronato de la Fundación Valencia CF, integrado por veintidós miembros, que en su momento era accionista mayoritario, decidió venderle todas las acciones a Meriton por 100 millones de euros a cambio de una serie de requisitos entre los que destacaba el liquidar la deuda de unos 300 millones de euros con Bankia. Lim también se comprometió en su día a tener acabado el nuevo Mestalla en 2019, a invertir en futbolistas (Lim destinaría entre 30 y 40 millones a fichajes cada temporada), a respetar la historia del Valencia, a dejar la gestión en manos valencianistas y a destinar presupuesto al área de responsabilidad social.

El primer año todo parecía ir sobre ruedas. Lim visitaba con regularidad Mestalla y la afición estaba ilusionada. Incluso llegó a conceder una entrevista al finalizar su primera temporada como máximo accionista del conjunto che. Todo cambió la siguiente temporada. La mala planificación deportiva, la impresión de que el club no tenía un plan ni un proyecto sólido de futuro y la indiferencia que empezó a mostrar Lim -dejó de acudir al palco- fueron elementos clave para un Valencia que firmó una desastrosa temporada que terminó con un Mestalla harto y semivacío.

Desde aquella campaña, la 15/16, un denominador común se repite una y otra vez. Un proyecto deportivo nefasto que parece no tener interés alguno por crecer, cuyo principal objetivo es revalorizar jugadores para venderlos al mejor postor -con el tiburón Jorge Mendes hinchándose a comisiones- y que se ha convertido en una auténtica trituradora de entrenadores: Gatusso fue la última víctima de las mentiras y la dejadez de Meriton. El italiano salió tarifando, pero antes lo hicieron Juan Antonio Pizzi, Gary Neville, Pako Ayestaran, Prandelli, Celades, Javi Gracia, Nuno, Marcelino y Bordalás.

Las protestas contra Lim de una afición a la que se le encoje el corazón viendo como destrozan a su amado club, se repiten año tras año desde la temporada 16/17.

Institucionalmente, la inestabilidad es la nota predominante. En 2020 la situacicón se hizo insostenible. La hija de Lim cargó contra la afición che. Les llamó racistas y luego hizo unas polémicas declaraciones en su cuenta de Instagram. Las críticas por la gestión de su padre y a su marioneta particular, el por entonces presidente Anil Murthy, eran constantes en Valencia. La hija de Peter, Kim Lee, se descolgó con un mensaje cargado de soberbia: "Algunos fans del Valencia están criticando y maldiciendo a mi familia. ¿No lo entienden? El club es nuestro. Podemos hacer lo que queramos con él y nadie puede decirnos nada". Unas palabras que causaron una gran indignación entre los valencianistas. Un ejemplo más del desastre de un equipo cuya afición solo vio algo de luz cuando Mateu Alemany y Marcelino consiguieron torear a Lim, plantarse en la final de Copa del Rey y ganarle al F.C. Barcelona. Ambos pagaron sus sueños de ver al Valencia crecer deportivamente con el despido fulminante. Bordalás, con un equipo lleno de retales, llegó a la final copera la temporada pasada donde cayó en penaltis contra el Betis. ¿Su premio? Despedirle por teléfono.

La caída a los infiernos amenaza más que nunca

Está temporada está resultando especialmente tortuosa. El Valencia solo ha ganado cinco partidos en toda la primera vuelta. Con 20 puntos se encuentra a tan solo uno del descenso, sin Gennaro Gatusso -el italiano decidió abandonar el barco harto de promesas incumplidas y viendo como el equipo se le caía a pedazos y olía ya a cadáver tras el bochorno de la segunda parte de Zorrilla- y con una plantilla llena de pipiolos muy tiernos -es el equipo más joven de las cinco grandes ligas con una media de edad de 23,9 años-, en la que hay un puñado de jugadores cedidos que habrá que ver cómo soportan la presión de luchar por el descenso y si no se dejan ir en la recta final de la temporada rodeados de un clima tóxico.

El equipo de la capital del Turia es el único -su agujero en la medular hace daño a la vista- de todos los que están en la pelea por la salvación que no se ha reforzado. Un panorama espeluznante que deberá afrontar una vez más el que siempre utiliza Meriton como apagafuegos, el bombero Voro que dicen ejercerá como técnico interino hasta final de temporada a ver si suena la flauta.

Calendario complicado

El Valencia afronta semanas decisivas. Está obligado a reaccionar en una situación límite y con un calendario nada sencillo. De los ocho próximos partidos, seis serán contra rivales que están entre los nueve primeros, incluidos Real Madrid -partido aplazado con el que cerrará la primera vuelta este jueves- y F.C. Barcelona. Además se medirán a dos rivales directos en la lucha por la salvación como son Girona y Getafe.

Problemas económicos

Si la situación deportiva es delicada, la económica es nefasta. Según afirmó en exclusiva Superdeporte el club no dispone de liquidez para pagar la primera parte de las fichas del mes de enero. El club ya se habría puesto en contacto con los jugadores para ofrecerles el pago de la mitad de sus fichas de este mes de enero en pagarés a cuatro meses, generando un cisma en el vestuario. Hay jugadores que están dispuestos a aceptarlo y ya han dado el 'sí' al club, mientras que otros han tomado la decisión de negociarlo a través de sus agentes y abogados. El ofrecimiento de los pagarés por parte del club, algo que ya se utilizó en 2020, pone de manifiesto los problemas financieros de un equipo que cada día se hunde un poco más.

Basta ya

Afición y periodistas han dicho basta. La rueda de prensa que dieron la presidenta Lay Hoon -volvió a ser recuperada para la causa el verano pasado tras la abrupta salida de Anil ‘Calamidad’ Murthy- y Corona, títere de Lim que comanda la dirección deportiva, para afirmar que Peter no tiene pensado vender el club y la razón por la que se decidió no reforzar el equipo terminó estallándoles en la cara a ambos.

Hay una pregunta clave que nadie sabe responder en Valencia. ¿Qué quiere hacer Peter Lim con el club? Se niega a invertir, el Valencia cada día acumula más deuda -en la actualidad ronda los 500 millones de euros- lo que espanta a posibles compradores y una caída a los infiernos de Segunda podría suponer la estocada mortal.

Decepción, crispación... la rabia invade a toda una ciudad. Observan con una terrible impotencia como un nefasto empresario singapurense dinamita una institución histórica.

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