Xavi Hernández está muy cabreado. Una de sus piezas clave, Ousmane Dembélé, se marcha dejando migajas en la maltrecha hucha culé. A pesar de los intentos del técnico para convencer al ‘Mosquito’ de que desechara la oferta del PSG y se quedará en la Ciudad Condal, sus charlas no han surtido el efecto deseado y el galo ha tomado la decisión de irse a París. Enfadado, desencantado y decepcionado, Xavi ha sido siempre el principal valedor de un Dembélé por el que el Barcelona hizo un gran esfuerzo económico -costó 135 millones de euros-, y hasta la llegada del técnico de Tarrassa no terminó de explotar ni tener continuidad -se ha perdido 119 partidos oficiales, el 40% de los encuentros-. A sus 26 años, con los problemas físicos olvidados y en su mejor momento como azulgrana, Ousmane dice adiós.
El Barcelona, que renovó a Dembélé tras presionarle para que se marchara en el mercado invernal de hace dos temporadas, y que decidió finalmente renovarle a petición de Xavi, solo recibirá 25 millones de euros por la venta del Mosquito. Según desvelo Mundo Deportivo, el Barcelona y los agentes del jugador firmaron en su día un pacto privado por el que, si Dembélé hacía saber al club barcelonista su voluntad de irse antes del 31 de julio, el club barcelonista se comprometía a traspasarlo por esos 50 millones durante que fijaban su cláusula durante los cinco días posteriores, independientemente de que el 1 de agosto la misma subiera a 100 millones. Es decir, el PSG tiene hasta el día 5 de agosto para abonar los 50 kilos y llevarse a Ousmane.
En virtud a ese acuerdo privado, da exactamente igual que los agentes del jugador no depositaran los 50 millones de su cláusula este lunes en la Liga, ya que el Barcelona está abocado a aceptar ese traspaso por 50 millones, de los cuales 25 serán para el Barcelona y 25 para Dembélé y sus agentes, siempre y cuando se abone dentro del plazo, 5 de agosto, establecido.
El jugador francés avisó al Barcelona de su intención de hacer valer esa cláusula de su acuerdo entre particulares antes del 31 de julio, en tiempo y forma adecuados. De manera que el club catalán está obligado a cumplir lo firmado.
Lo único que le queda al Barcelona es intentar rascar algo más de esos 25 millones, pidiendo tanto al PSG como a los agentes de Ousmane un pacto amistoso que suba esa cantidad, incluso se habla que los agentes del extremo francés podrían renunciar a la mayor parte de esos 25 millones. En cualquier caso, sean 25 o por cerca de 50, perder a Dembélé por esas cifras es un negocio nefasto. Xavi ha pedido un recambio y la dirección deportiva, liderada por Deco, tiene una tarea muy complicada: conseguir talento a precio de ganga.