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Las claves del título de Liga del Real Madrid: el rey ante la adversidad

Los blancos conquistan su trigésima sexta Liga pese a un panorama que apuntaba a ser desolador ante la lesiones de Courtois, Militao y Alaba.

Los blancos conquistan su trigésima sexta Liga pese a un panorama que apuntaba a ser desolador ante la lesiones de Courtois, Militao y Alaba.
Cordon Press

Se ha repetido hasta la saciedad: lo del Real Madrid es un milagro. Y sí, no hay duda de que lo es. Los blancos han conquistado su trigésimo sexto título de Liga —primero en diferido, después de cumplir su parte y esperar a que el Barcelona fallara en Montilivi contra el increíble Girona— contra viento y marea, después de un inicio que pintaba negro... pero ha terminado siendo blanco.

Y es que las gravísimas lesiones nada más iniciarse el curso de Thibaut Courtois y Eder Militao, con sendas roturas del ligamento cruzado —a la que se uniría meses después la de David Alaba—, dibujaban un oscurísimo panorama en el madridismo. Sin olvidar lesiones como las que han sufrido jugadores de la talla de Vinícius, Eduardo Camavinga, Aurelien Tchouaméni... todo negro, negrísimo. Pero el equipo de Carlo Ancelotti se ha sobrepuesto a todas las adversidades con unos registros sencillamente envidiables: en 34 partidos, 27 victorias, seis empates y una sola derrota (la que sufrió al principio de curso contra el Atlético de Madrid en el Cívitas Metropolitano). 74 goles a favor y sólo 22 en contra (+52), siendo hasta el momento el equipo más goleador y el menos goleado. Espectacular...

Pero más allá de la estadística, las sensaciones también han sido francamente positivas. En Libertad Digital damos algunas de las claves de este Real Madrid campeón de Liga que, con dos títulos este curso ya en su haber (al del torneo de la regularidad hay que añadir la Supercopa de España que conquistó en enero), aspira a ganar la decimoquinta Copa de Europa. Para ello debe supera al Bayern de Múnich en semifinales y, después, en la final de Wembley, al vencedor de la eliminatoria entre Paris Saint-Germain y Borussia Dortmund... si es que Ancelotti y los suyos acaban llegando hasta esta última instancia.

  • Bellingham, el gran descubrimiento. Sin ser un nueve, el inglés ha aportado números de delantero centro a las estadísticas de la Liga para el Madrid. Suma ya 18 goles en 26 partidos, peleando con Dovbyk y Sorloth la carrera por Pichichi, además cuatro asistencias. A pesar de su edad (20 años), ha demostrado una madurez y fortaleza mental sobresalientes. Sobre todo teniendo en cuenta la presión que supone llegar a un club como el Real Madrid, siendo el fichaje estrella (120 millones) y heredando el dorsal que en otra época lució el mismísimo Zinedine Zidane.
  • Eterno Kroos. El metrónomo, un futbolista descomunal al que muchos se empeñan en jubilar a tenor de sus 34 años. Pero el alemán todavía tiene cuerda para rato, también en este Real Madrid donde los más jóvenes (Camavinga, Tchouaméni, Valverde...) piden paso.
  • Lunin aprovecha su oportunidad. Se lesionó Courtois de gravedad, permaneciendo casi nueve meses en el dique seco tras romperse el ligamento cruzado de la rodilla, y el Real Madrid acudió al mercado para fichar a un portero de ciertas garantías como Kepa Arrizabalaga. Pero el meta vasco fue de más a menos y acabó perdiendo su sitio frente al ucraniano. Es verdad que Andriy Lunin ha cometido algún que otro error, pero desde luego ha demostrado ser bastante más fiable que el ex del Chelsea.
  • Rüdiger, el jefe de la zaga. Con Militao fuera de combate y un David Alaba bastante irregular hasta que se rompió el cruzado contra el Villarreal, la sola presencia de Antonio Rüdiger impone muchísimo respeto en cualquier rival. Que le pregunten, por ejemplo, a Erling Haaland, que no rascó bola en los tres duelos con el Manchester City ante el Madrid al ser defendido por el alemán. También ha dado algunos puntos el central berlinés, destapándose en su faceta como goleador.
  • Tchouaméni, una gran solución. El búfalo es el ojito derecho de Carlo Ancelotti, que no duda en alinear al francés como pivote en los partidos importante y, una vez que se lesionó Alaba, utilizarlo como central junto a Rüdiger por delante de Nacho. El francés ha rendido a muy buen nivel, siendo determinante en algunos partidos como el de Son Moix frente al Mallorca.
  • Vinícius, en modo goleador. En más de un partido ha tenido que abandonar la banda izquierda y jugar por el centro, donde ha demostrado que también rinde a las mil maravillas. El brasileño ha sido de menos a más y ya suma 13 goles, tres más que la pasada temporada, y después de un año en el que también ha sufrido dos lesiones musculares que le tuvieron fuera varios partidos. En plena batalla contra el racismo, al brasileño le pierde que entra demasiado al trapo y no se centra en lo que mejor sabe hacer, que es jugar al fútbol.
  • El físico de Valverde y Camavinga. Dos futbolistas espectaculares que, además de calidad, aportan un fisico enorme. Los pulmones de este Real Madrid, dos jugadores clave en un equipo y un deporte que cada vez requiere mayor exigencia física. Y tanto el uruguayo como el galo andan sobrado de este apartado.
  • El descaro de Brahim. Otro de los descubrimientos en este Real Madrid, un jugador con un tremendo desparpajo que, desafortunada e incomprensiblemente, no podrá prestar sus servicios internacionales a la selección española. Clase y calidad a raudales. El jugador número 12 que, en cualquier otro equipo, sería titularísimo por decreto. Pero la casa blanca es un club distinto, y Brahim tendrá que esperar casi siempre su oportunidad desde el banquillo.
  • Carlo Ancelotti, el mejor gestor. Le han dado más palos que a una estera, acusándolo de no saber de estrategia, de fallar con los cambios... pero Carletto, zorro viejo, tiene más tablas que Moisés. Se las sabe todas en esto del fútbol. Deja hacer a sus futbolistas, les permite disfrutar, demostrando que lo que más necesita el vestuario del Madrid es mano izquierda, como ya demostró Zidane en sus dos etapas. Eneryía frente a la estrateyía...(que también con el exitoso cambio de sistema), y Ancelotti ha demostrado tener energía para dar y regalar. Después de los rumores de una posible marcha a Brasil, su continuidad por (al menos) un año más es toda una bendición para el madridismo.

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