
Terremoto en La Coruña. Lucas Pérez, santo y seña del Deportivo de la Coruña, deja el equipo a mitad de temporada por motivos personales. El hijo pródigo, que se bajó el sueldo para descender al barro de la Primera RFEF y ayudar al equipo de sus amores a volver al fútbol profesional, se marcha entre lágrimas.
Lucas, separado y con un hijo, necesita estar cerca de su retoño que vive con su madre en Madrid. Atraviesa un momento complicado y la custodia compartida hace que deba viajar con regularidad a la capital de España.
El delantero gallego sentía que no tenía la cabeza donde la tenía que tener, comunica su problema a la directiva el pasado 3 de enero y mientras estaban buscando soluciones -como podría ser viajar dos veces a Madrid por semana, viaje que debería hacer en coche o tren, ya que tiene miedo a volar- y ayer se filtra que está en Madrid buscando equipo cuando lo que hace es ir a ver a su hijo. Ese gesto, que entiende como una traición y la negativa a viajar dos veces a Madrid para ver a su hijo, son el portazo definitivo para su continuidad y desencadenan los acontecimientos. No sintió el apoyo que requería quizás su peor momento personal como él si lo dio al Deportivo cuando su equipo se jugaba su viabilidad.
🔵 Lucas Pérez explica el motivo de su decisión para irse del Deportivo pic.twitter.com/ry8Pmjq8qr
— MARCA (@marca) January 22, 2025
Sin nombrarlo, Lucas lanza un enorme dardo a los que considera culpables de que tenga que abandonar el equipo de su vida.
La dirección del día a día del club tanto deportiva, comandada por Fernando Soriano, como general, con Adalberto Benassi a los mandos, son los principales responsables de la marcha de un auténtico ídolo en La Coruña.
Lucas firmará en las próximas horas por el Rayo Vallecano.
