
Xabi Alonso salvó una bola de partido el pasado domingo en Mendizorroza. El entrenador vasco se jugaba el puesto y consiguió, con el ajustado triunfo ante el Deportivo Alavés, salvar el puesto y ganar tiempo.
Desde la directiva, sin embargo, y como ha podido saber Libertad Digital, las dudas sobre su validez para llevar a buen puerto el ambicioso proyecto del conjunto merengue no menguaron, más bien todo lo contrario tras el partido frente al Alavés. El fútbol del Madrid sigue dejando mucho que desear y a pesar de las múltiples bajas que el equipo tenía para la final de Mendizorroza -casi todas acumuladas en la parcela defensiva- se considera que las piezas que Alonso tenía disponible en la medular y la parte atacante eran suficientemente válidas para dar otra imagen.
No solo es actitud...
Durante las últimas semanas desde muchos sectores se ha señalado a los jugadores del Real Madrid como los grandes culpables del nefasto mes de noviembre firmado. La actitud de un buen puñado de jugadores señalados en rojo —Vinicius, Rodrygo, Bellingham, Camavinga, Fede Valverde...—acusados de no poner la intensidad suficiente en los partidos y hablando, sin tapujos, de que le estaban haciendo la cama al entrenador. Ante el Alavés, curiosamente, Vinicius y Rodrygo son clave en el segundo gol que dio los tres puntos al equipo —qué mal hacen la cama los brasileños...— y salvan el puesto de su entrenador.
En el club, sin embargo, hay un sector importante que consideran que los problemas del equipo van mucho más allá de la intensidad y la actitud -por otro lado, si tus jugadores no dan lo suficiente en los partidos el principal culpable es el que los pone y no es capaz de motivarlos ante ciertos rivales-. Entre los problemas, además de uno capital para todo jefe -la comunicación y saber vender tu discurso y método a tus pupilos, algo que le ha faltado a Alonso hasta que el club se vio obligado a pedirle antes del duelo de Champions frente al Olympiakos que tuviera reuniones personalizadas con varios pesos pesados de su plantel- consideran que futbolísticamente el equipo tiene muchas lagunas tácticas.
Y es que el Madrid de Xabi Alonso sigue mostrando problemas estructurales muy graves en pleno mes de diciembre. Aún no sabe o no es capaz de transmitir a qué quiere jugar. Intentó en los inicios implantar una presión adelantada que hace tiempo es historia. El Madrid no es capaz de gobernar los partidos y desequilibrar al rival a través de la posesión -le cuesta muchísimo generar ocasiones contra rivales en bloque bajo-, no tiene recursos –de inicio no juega un solo delantero capaz de atacar el área– para poder abrir defensas a través de los centros laterales, no hay automatismos trabajados en ataque -juego muy estático donde casi nadie tira un desmarque, no hay velocidad en la circulación ni en la asociación, por los costados no se aporta profundidad.—donde cada uno hace la guerra por su cuenta –llama la atención los poquísimos jugadores con los que carga el área–, la distancia entre líneas que fue lo primero que corrigió Alonso tras su llegada es cada vez mayor y la presión tras pérdida ya no tiene ni un ápice de la intensidad que se vio por momentos en este Madrid de Alonso.
También ven en el club un serio problema en el apartado físico. El equipo está padeciendo demasiadas lesiones y muchos jugadores están fuera de forma, mientras otros no atraviesan su mejor momento. Hay que recordar que fue Alonso el que impuso que con su llegada al banquillo llegara Ismael Camenforte y que Pintus -un hombre del presidente- quedara relegado de sus funciones -ahora ejerce de halcón en el día a día del equipo-.
Xabi, a pesar del triunfo ante el Alavés, sigue en el alambre. Se jugará su futuro en los próximos partidos. No solo en la Supercopa. Y es que antes de viajar a Arabia el Madrid tiene tres partidos: debuta en Copa del Rey ante el Talavera (miércoles 17 a las 21h), el sábado 20 despide el año jugando frente al Sevilla en el Santiago Bernabéu y estrena el año 2026 el 4 de enero ante el Betis también en el Santiago Bernabéu.
Alonso, al que parte de la cúpula ya no le tiene ningún tipo de fe, si no le da una vuelta inmediata al equipo, no terminará la temporada en el Madrid. Dentro del club hay un debate interno interesante sobre el sustituto. Como apuntó Libertad Digital, un ala muy fuerte de la cúpula apuesta por destituir a Alonso y dar la alternativa a Raúl González Blanco. Consideran que por conocimiento del actual plantel y carácter -piensan que hay que poner orden en el vestuario y que Raúl, muy autoritario en su etapa en el Castilla, sería perfecto- es el candidato ideal para tomar las riendas a mitad de temporada. Se merece una oportunidad y creen que ha llegado su momento.
El otro ala, liderado por Florentino Pérez -al que nunca ha terminado de entrarle por el ojo el bueno de Raúl-, siempre apostó por Arbeloa por delante. Un Arbeloa que los defensores de Raúl consideran una calcomanía en estilo a Xabi Alonso. ¿Quién se impondrá en el intenso debate? Xabi Alonso aún tiene fe en que la pregunta quede en el aire durante mucho tiempo.
