El golf volverá a ser deporte olímpico a partir de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, después de que la Asamblea del Comité Olímpico Internacional (COI) así lo aprobase en su 121 Sesión celebrada hace tres años en Copenhague, y surgen ahora los primeros problemas en la ciudad brasileña sobre la construcción de un nuevo campo.
En concreto en torno a su ubicación, pues atraviesa un área ambiental protegida. Por ello, el alcalde Eduardo Paes ya ha anunciado que la próxima semana solicitará a la cámara municipal que apruebe que la construcción del nuevo campo de golf para los JJOO, diseñado por los arquitectos brasileños Pedro Évora y Pedro Rivera.
Según la propia definición de Évora y Rivera, el campo se ubica en "un gran balcón que valora el exuberante paisaje tropical del barrio Barra da Tijuca (zona oeste de la ciudad), en un ambiente de convivencia y contacto con la naturaleza, con el espíritu de Río de Janeiro".
Paes, por su parte, espera conseguir la liberación de 58.000 metros cuadrados de una Zona de Conservación de Vida Silvestre, donde en la actualidad se prohíbe cualquier obra, para que se construya parte del campo de golf que se usará en los Juegos. Esa liberación corresponde al 6 por ciento del total del campo de golf, que ocupará un área de un millón de metros cuadrados.
La aprobación del proyecto en la cámara es casi obligatoria, pues el pasado 1 de octubre venció el plazo para presentar cambios al proyecto olímpico y sobre el golf no hay un plan B, ya que el comité organizador descartó usar otros campos privados, según afirma el diario brasileño O Globo.
Los ecologistas, por su parte, denuncian falta de estudios de impacto ambiental en el área y la oposición en la cámara ya ha criticado la propuesta de antemano. "Los Juegos Olímpicos se convirtieron en la excusa para todo lo que se quiere cambiar en la ciudad sin mucha discusión", condenó la concejal Andrea Vieria, del opositor PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña).
Así pues, la polémica ya está servida...
