Con la renovación para su -en teoría- última temporada cerrada en el día previo al arranque de la carrera. Así se presenta Alberto Contador, dorsal número uno y vigente campeón de la Tirreno – Adriático, la carrera de los dos mares, que sirve de preparación para el Tour de Francia. Pero no una preparación cualquiera, sino que es un gran test de cara a la ronda gala. Y como dice el pinteño, "muy importante" de cara el primer objetivo, el Giro de Italia.
No tanto por el recorrido, y sí más por la participación, con un cartel de lujo, como en las mejores corridas, pero con la lástima de la caída a última hora de uno de sus más bravos diestros, el británico Chris Froome. El ganado del Tour de 2013 no correrá en la esta carrera italiana por una infección pulmonar, enfermedad que notificó el lunes, dos días antes de que de comienzo. Ya renunció el año pasado, y en esta edición repite baja.
Sin Froome, pero con Quintana y Nibali
Sí que estarán los otros dos grandes aspirantes al amarillo en París, el colombiano Nairo Quintana (segundo el año pasado) y el italiano Vincenzo Nibali (ganador en 2013 y 2012). El primero llega tras haber corrido sólo en la Vuelta a San Luis en Argentina y haber sido baja en la Vuelta a Andalucía por una caída en los campeonatos nacionales, por lo que parece que no llegará en su mejor momento de forma; tampoco estará en mejores condiciones el vigente ganador del Tour, que se toma estos primeros compases de temporada de entrenamientos en carrera, sumando kilómetros.
Pero no son los únicos. Junto al trío de ases que forman Contador, Quintana y Nibali, al estilo del tridente que se le reparte al que se alce con la victoria, aparecen otros grandes nombres como el del español Joaquim Purito Rodríguez; el colombiano Rigoberto Urán; el francés Thibaut Pinot (tercero en el último Tour); el checo Leopold König y Mikel Nieve, que suplirán la baja de Froome en el Sky; o el del holandés Bauke Mollema; y sin olvidar a otros como Daniel Martin, Pozzovivo, Betancur o Rolland. Todos ellos pueden pelear en este inicio de temporada por la victoria.
Sin mucha montaña y dos cronos cortas
Aunque el recorrido no da para mucho. Es una carrera que se disputa coincidiendo con las decadente -por participación- París – Niza, y cuenta con una crono corta de 5'4 kilómetros, que abre la carrera este miércoles (aunque estaba previsto que fuera una crono por equipos, pero el tiempo ha obligado a modificar el recorrido). Y destacan tres días claves: la cuarta etapa, el sábado, con meta en Castelraimonde, y con un doble paso por el corto pero duro muro de Crispiero, de 3km con rampas del 15 por ciento, el último a 6 de meta.
Pero la carrera se decidirá el domingo, con final en el Terminillo, una subida de 16'1 km al 7'3% y rampas que llegan al 12, y que a buen seguro decidirá la carrera. Si no, en la última etapa, con la crono final de 10 km, se terminará por resolver el ganador de esta carrera que sirve para preparar el Tour con rivales que se verán las caras en julio.
Los rivales serán no sólo en las subidas. También contrarrelojistas como Cancellara, Malori o Castroviejo, o algunos d ellos hombres más rápidos del pelotón, con Cavendish a la cabeza y la baja del alemán Marcel Kittel, también con problemas de salud. Aún así, el de la Isla de Man tendrá que lidiar ante velocistas como Modolo, Viviani, Bennett, Goss o el compañero de Contador, Peter Sagan, en la que será la primera carrera en la que coincida. Esto ya se parece más al Tour, sólo que cuatro meses antes.