Juegos de Tokio 2020: ¿por qué los atletas chinos no celebran las medallas de plata y bronce?

En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 hemos vivido infinidad de momentos memorables, historias emocionantes y medallistas inesperados. El espíritu olímpico está ligado a la deportividad y al sacrificio personal. El éxito del otro no es un motivo de envidia sino una motivación para seguir adelante e intentar mejorar. Y al margen de competiciones y medallas, el simple hecho de asistir y participar es un sueño para muchos atletas.

Pero el mayor evento deportivo puede convertirse en una pesadilla cuando el entorno es hostil y provoca una exigencia desmesurada, tanto que ganar la medalla de oro se convierte en una obligación. China encabezaba el medallero olímpico hasta el sábado, penúltimo día de competición, pero Estados Unidos, que vivió un fin de semana perfecto, adelantó a los asiáticos y se puso en el primer puesto del medallero olímpico.

Si a la alta exigencia se le suma una carga nacionalista de alcanzar la perfección con el único objetivo de mostrar la supremacía y los logros de un país, el resultado es todo lo contrario al espíritu olímpico. A través de las pantallas se pudo apreciar como los participantes chinos, al ganar el oro, lo que sienten es una liberación, se quitan un peso de encima.

Un caso llamativo fue el de Guan Chenchen, la gimnasta de 16 años que logró el oro en la final de barra de equilibrio, seguida por su compañera Tang Xijing y Simone Biles. Guan Chenchen sorprendió por su falta de efusividad en la consecución de la presea dorada.

La delegación China para los Juegos de Tokio 2020 estuvo compuesta por 431 atletas, pues para todos ellos quedar en segundo o tercer lugar es sinónimo de fracaso, según los estándares de la cultura y la sociedad china.

Esta concepción de la competición ha dejado varios casos relevantes que la BBC ha recuperado al detalle: el primero es el de Li Junhui y Liu Yuchen (pareja que perdió la final de bádminton de dobles masculinos ante Taiwán) y el segundo el dúo formado por Liu Shiwen y Xu Xin, quienes tuvieron la misma suerte ante Japón en la final del tenis de mesa mixto.

Weibo es una de las redes sociales más utilizadas en China, pues ambas parejas, en vez de ser motivo de orgullo para su país, recibieron críticas durísimas por no haberse alzado con el oro. Más tarde esas críticas evolucionaron a insultos violentos y amenazas que calificaban su actuación de lamentable e incluso antipatriótica.

La tensión y las críticas llegaron a tal punto, que Liu Shiwen y Xu Xin tuvieron que salir a disculparse públicamente tras su derrota en la final, que los hizo acreedores a una medalla de plata, su mensaje sostenía que era un resultado inaceptable para la delegación china. Los atletas chinos son cada vez más machacados por un amplio sector de críticos en redes sociales que comparten una ideología acorde a la del régimen que gobierna China.