
Muchas veces ocurren situaciones en la vida que no podemos controlar y nos impiden practicar deporte con regularidad. En ocasiones es alguna lesión, el trabajo, un cambio inesperado en nuestra vida o simplemente el cansancio los que logran que dejemos de practicar ese deporte que tanto nos gusta y tanto bien nos hace. Por eso, desde Libertad Digital vamos a explicarte algunos consejos y recomendaciones que debes tener en cuenta para volver a entrenar después de la inactividad.
Lo más difícil siempre es dar el primer paso y si estás leyendo este post probablemente estés pensando en volver a calzarte el chándal para quemar adrenalina y mejorar tu forma física. Volver es como empezar, lo más complicado es superar la primera semana y el primer mes. Una vez logrado eso es mucho más fácil mantener nuestra rutina de entrenamiento.
Regresar al gimnasio después de un largo periodo de inactividad cuesta, y mucho. Si el periodo no ha sido excesivamente largo, apenas uno o dos meses, o se ha podido realizar algún tipo de actividad física en casa será más sencilla la vuelta a la rutina deportiva. Ahora, por supuesto, lo que seguro te espera en la vuelta son las temidas agujetas.
Por todo ello, la vuelta al gimnasio hay que realizarla poco a poco, si has estado más de dos semanas parado, es mejor que se realice una rutina de readaptación a los pesos para evitar posibles lesiones y dolores exagerados, aunque en definitiva todos sabemos que el dolor de la vuelta al tajo va a estar ahí. Ten en cuenta que la masa muscular se pierde cuando no hacemos deporte y una de las mejores maneras de empezarla a ganar es andando.
Es preferible empezar de esta manera, porque si vas añadiendo más intensidad de la recomendada, probablemente te causes una sobrecarga muscular o una fatiga física que te impida realizar todas las sesiones que deberías.
Consejos para evitar lesiones en la vuelta al deporte
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Reincorpórate a la actividad física de manera progresiva ya que empezar de nuevo con excesiva intensidad podría provocarte lesiones o cansancio excesivo y ser contraproducente. Lo ideal sería empezar con dos o tres sesiones la semana y, si el cuerpo las asimila bien, intensificarlas de manera paulatina.
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La regularidad es más importante que la intensidad. Cuando practicas ejercicio, lo efectivo es mantener una misma frecuencia. No te propongas ir tres, cuatro o cinco veces al gimnasio si sabes que no vas a poder aguantar el ritmo.
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Organízate y planifica los días de entrenamiento. Márcalos en tu agenda, te ayudará a ser constante y a seguir tu rutina sin saltarla.
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Proponte alcanzar objetivos realistas y no te exijas demasiado. Es normal que los primeros días te notes en baja forma. No pidas a tu cuerpo más de lo que te pueda dar. Enfócate para tomar consciencia de tu condición física en cada momento y mentalízate para perseguir y lograr tus objetivos poco a poco.
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Elige una actividad que te estimule. No a todo el mundo le gustan las pesas o el cardio, puede ser que tu deporte sea el boxeo o el pole dance o simplemente salir a correr o montar en bici. Cada uno debe encontrar la actividad que más le llene y le cree adherencia.
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Sigue una dieta saludable. Aliméntate de forma adecuada, con alimentos que te ayuden a regular tu metabolismo y a mejorar el funcionamiento de tu cuerpo.
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Duerme como mínimo siete u ocho horas y descansa de tu entrenamiento como mínimo un día a la semana. Es fundamental para que tu cuerpo asimile correctamente el esfuerzo, tus músculos puedan recuperarse adecuadamente, elimines el ácido láctico residual, no aparezca el dolor muscular y, sobre todo, recuperes unos niveles de hidratación adecuados.
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No sobreentrenes. Entrenar más de lo necesario es contraproducente. Tus músculos necesitan descanso y un exceso de ejercicio podría causarte roturas musculares, cambios hormonales e incluso alteraciones del ritmo cardíaco. Además, es aconsejable no retomar el ejercicio donde lo dejamos, sino que lo hagamos de forma lenta y progresiva. Poco a poco podremos aumentar la intensidad hasta que entrenemos de la misma forma que antes.
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No te obsesiones. Realizar actividad física de forma regular y lograr los primeros resultados, a veces, puede ser algo frustrante. Para evitar que ocurra, tómatelo con calma, aprovecha las endorfinas que libera tu cerebro en cada sesión y la sensación de bienestar que estas producen para ver las cosas con claridad y enfrentarte serenamente a tus retos personales.
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Utiliza siempre vestuario adecuado. Debe ser transpirable, cómodo y, por qué no, también debe gustarte. Sentirte bien mientras entrenas te ayudará a disfrutar plenamente de cada sesión.
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El calentamiento debería ser algo obligatorio. Siempre hay que calentar antes de entrenar, y esta acción debería estar innata en nosotros, porqué es la mejor forma de evitar lesiones y realizar un buen entrenamiento.
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Ponte en manos de un profesional de la actividad física y deportiva cualificado que sepa guiarte en el camino hacia tus objetivos. Verifica siempre que cuenta con las titulaciones y certificaciones que acreditan y avalan sus conocimientos en el sector.

