Es uno de los nombres de moda esta semana en la actualidad deportiva gracias al oro que acaba de conseguir en los Juegos Paralímpicos de París 2024. Este lunes, junto a la gallega Susana Rodríguez, el madrileño Dani Molina convirtió el río Sena en una fiesta española tras subir a lo más alto del podio en el paratriatlón, una disciplina donde España ha conseguido un total de cuatro medallas gracias también a la plata de Marta Francés y el bronce de Nil Riudavets.
Molina, de 49 años, confirmó todos los pronósticos que le daban como gran favorito y por fin cerró el círculo tras muchos años de espera. Su categoría, la PTS3 para deportistas con discapacidad física (750 metros de natación, 20 kilómetros de ciclismo y 5 kms de carrera a pie), no había entrado en el programa paralímpico de Río 2016, ni en el de Tokio 2020. Ha tenido que esperar hasta estos Juegos de París 2024 para poder confirmarse como el mejor, después de llegar con una impresionante mochila de cinco títulos mundiales y seis europeos.
El oro que le faltaba
Pero le faltaba el oro paralímpico, que en París fabricó a fuego lento, culminándolo en su magnífica carrera a pie —su punto fuerte—, donde firmó una gran remontada después de controlar bien a sus rivales tras el segmento de ciclismo.
El madrileño, afincado desde hace muchos años en Guadalajara, ya participó en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004, en natación, pero quería hacerlo en el paratriatlón. Y estos 20 años de espera le han merecido la pena a Molina, cuya historia es de esas que ponen los pelos de punta: en 1997, con 22 años, un coche se saltó un ceda el paso y arrolló la moto en la que iba el hoy campeón paralímpico, que vio cómo su pierna derecha quedaba destrozada. Ante la gravedad del siniestro, perder sólo media extremidad fue un gran triunfo.
Ese dramático accidente le obligó a someterse a 14 operaciones en la pierna y le hizo engordar hasta pesar casi 100 kilos. Entonces Conchi, su antigua profesora de natación, le animó a volver al agua para mejorar su rehabilitación, según relataba hace años en una entrevista al diario Marca. "Gracias a eso, estoy donde estoy", celebraba.
Más de un cuarto de siglo después, en París, Dani demostró su fortaleza desde el principio de la prueba del paratriatlón. En las aguas del Sena se batió contra la corriente y sus rivales para salir en cabeza, aunque seguido muy de cerca por el neerlandés Nico van der Burgt, mientras que en el ciclismo, donde más puede sufrir, manejó bien la situación. Van der Burgt y el alemán Max Gelhaar le pasaron y se afanaron en intentar abrir la máxima distancia.
Pero Molina pudo recortar en la carrera a pie su desventaja (47 segundos) y el madrileño no escatimó esfuerzos. Superó a sus dos rivales casi al kilómetro y medio, se escapó y pudo disfrutar de la gloria paralímpica tras acabar su triatlón en un tiempo de 1:08.05, siendo 38 segundos mejor que Gelhaar.
Abrazo con la Reina
En la meta le esperaba nada menos que la reina Letizia, que está siguiendo in situ estos Juegos Paralímpicos de París 2024, presenciando en directo pruebas de deportes como tenis, natación, atletismo o paratriatlón, y con la que Dani se fundió en un emotivo abrazo al concluir la carrera.
"Los Juegos Paralímpicos no atraen tanto al público en general, ni tienen la repercusión de unos Juegos Olímpicos, que es un evento seguido por miles de millones de personas en todo el mundo, pero hay cosas que ayudan, y una de ellas es que la reina Letizia esté con nosotros apoyándonos y durante tantos días", destaca Dani Molina en una entrevista a Libertad Digital. "Eso ayuda a que tengamos más repercusión y visibilidad, a que se nos conozca un poco más. Ganar el oro en unos Juegos Paralímpicos me ha dado una repercusión brutal en mis redes sociales, he recibido muchos mensajes por Whatsapp y por Instagram. Lamentablemente, el deporte paralímpico sólo se conoce una vez cada cuatro años, cuando entrenamos todos los días, seguramente igual o más que un deportista convencional", destaca el deportista, ya de vuelta a España con el oro paralímpico.
Crecimiento del deporte paralímpico
Molina anima al aficionado a que vea los Juegos Paralímpicos, y no sólo Olímpicos, porque "son espectaculares. Cualquier prueba lo es, viendo cómo un deportista lucha y trabaja por estar ahí arriba". "Hay deporte mucho más allá de los Juegos Olímpicos y del deporte convencional, por decirlo de alguna manera. El deporte paralímpico ha crecido muchísimo en estos últimos años. La diferencia entre Atenas 2004 y París 2024 es tremenda: en estos 20 años ha cambiado todo muchísimo, ahora es mucho más fácil seguir a un deportista por redes sociales o por los medios; de hecho, hay medios especializados en deporte paralímpico", apunta el paratriatleta, que todavía sigue "asimilando todo lo que pasó el lunes" y pudiendo "disfrutar de mi casa aquí en Guadalajara, con mi familia, después de haber estado fuera desde finales de julio".
"A veces nos queda la sensación de que ganar una medalla paralímpica es más fácil que una medalla olímpica, pero es difícil todo, ¿no? Ganar cualquier medalla en cualquier campeonato, porque te enfrentas a los mejores de tu categoría, así que ganar una medalla es muy difícil siempre y requiere mucho trabajo", afirma Molina, que reconoce que "todavía no soy consciente de lo que hemos conseguido ganar durante todos estos años" y que "poco a poco me iré dando cuenta de lo que hemos hecho". "La gente me dice: ‘Estás saliendo en todas partes, en los telediarios, en los periódicos, en las radios, en internet’. Eso se agradece y te das cuenta de que te conoce mucha más gente", añade en este sentido.
Dani Molina vivió este pasado lunes "el mejor día de mi carrera deportiva" después de haber ganado "una carrera muy bonita, en un sitio muy espectacular, pero también con polémica por el tema del Sena", después de la mala calidad del agua del río haya dado más de un quebradero de cabeza tanto a autoridades como deportistas, obligando a aplazar las distintas pruebas tanto de triatlón como de paratriatlón.
"Incertidumbre e improvisación"
Y más allá de los distintos aplazamientos, Dani lamenta la mala organización por parte de las autoridades, que han tenido en vilo a los paratriatletas durante algunos días sobre si al final debían competir o no. "Te da la sensación de incertidumbre e improvisación", apunta en este sentido. "No se puede tener a los deportistas despertándose a las 4:30 de la mañana, mirando un correo para ver si se nada o no se nada. ¿Que al final no se nada?. Pues te vuelves a meter en la cama y al día siguiente te acuestas a las 9 de la noche sin saber nada, con esa sensación de incertidumbre. A las 2 de la mañana me desperté, miré el móvil y vi que sí se iba a nadar", relata el madrileño afincado en Guadalajara.
"No son las formas correctas de plantear una carrera en un evento tan importante como son los Juegos Paralímpicos. En el deporte necesitas descansar, estar concentrado y no tener esa incertidumbre de ‘correré o no correré’ Es complicado de gestionar, pero al final el que mejor se adapta y mejor gestiona esas cosas es el que acaba ganando la carrera. Así que, al final, toda esa tensión que te genera el no saber, si lo gestionas bien te puede resultar positiva", señala.
El deportista paralímpico se va muy contento de París no sólo por él, sino también por Susana Rodríguez (oro), Marta Francés (plata) y Nil Riudavets (bronce), por lo que asegura que "el papel de España ha sido espectacular". "A lo mejor se podría haber conseguido alguna medalla más porque Héctor Catalá (plata en Tokio 2020) se cayó de la bici y habría sido medalla casi segura. Pero es lo que tiene el deporte, con su parte bonita y parte no tan bonita", finalizó Dani Molina en la entrevista a Libertad Digital.