
L D (EFE)
El que fuera impulsor de la ampliación de Barajas durante el último gobierno del PP expone en la carta que "al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios", al tiempo que considera "fraudulento" que "ese libelo" asegure que el Plan Barajas se concibió en 1990, durante los gobiernos socialistas, pero "ocultan que la solución de pistas paralelas tenía tal impacto ambiental que tuvo que ser desechada, sin más".
Álvarez Cascos recuerda que en 1996 la saturación de Barajas "estaba servida" ya que en los seis años anteriores "no se había realizado una sola obra de ampliación" en el aeropuerto. Sin embargo, explica, "todo cambió en 1996 con la llegada del nuevo gobierno". Además, considera "doloso" e "inadmisible" que se pague con fondos públicos "una actuación editorial con fines propagandísticos".
Para el ex ministro de Fomento, lo que inauguró "pomposamente con un año de retraso" el presidente del Gobierno el pasado 4 de febrero fueron únicamente los mostradores de facturación y de expedición de billetes de Iberia, así como las tiendas de las nuevas terminales, ya que la obra civil y los nuevos sistemas tecnológicos "ya estaban a disposición de las compañías", desde la primera inauguración por José María Aznar en 2004.
También cuestiona la concesión a Iberia de la nueva terminal 4. Habla de ello como si fuera "una cacicada con visos de presunta prevaricación" "condenando al resto de compañías" a utilizar las antiguas instalaciones, muy alejadas del actual campo de vuelos. Y concluye: "Confío en que la Justicia repare este atropello que altera las reglas del juego y beneficia a una sola empresa privada con el uso exclusivo de infraestructuras públicas que han costado al Estado más de 6000 millones de euros".
Álvarez Cascos recuerda que en 1996 la saturación de Barajas "estaba servida" ya que en los seis años anteriores "no se había realizado una sola obra de ampliación" en el aeropuerto. Sin embargo, explica, "todo cambió en 1996 con la llegada del nuevo gobierno". Además, considera "doloso" e "inadmisible" que se pague con fondos públicos "una actuación editorial con fines propagandísticos".
Para el ex ministro de Fomento, lo que inauguró "pomposamente con un año de retraso" el presidente del Gobierno el pasado 4 de febrero fueron únicamente los mostradores de facturación y de expedición de billetes de Iberia, así como las tiendas de las nuevas terminales, ya que la obra civil y los nuevos sistemas tecnológicos "ya estaban a disposición de las compañías", desde la primera inauguración por José María Aznar en 2004.
También cuestiona la concesión a Iberia de la nueva terminal 4. Habla de ello como si fuera "una cacicada con visos de presunta prevaricación" "condenando al resto de compañías" a utilizar las antiguas instalaciones, muy alejadas del actual campo de vuelos. Y concluye: "Confío en que la Justicia repare este atropello que altera las reglas del juego y beneficia a una sola empresa privada con el uso exclusivo de infraestructuras públicas que han costado al Estado más de 6000 millones de euros".
