
LD (EFE) El arquitecto Carlos Lamela, creador junto con el británico Richard Rogers de la nueva terminal 4 de Barajas, cree que los importantes daños causados por el atentado de ETA, que él cifra entre los 30 y 40 millones de euros, obligarán a una labor de desescombro "muy compleja, similar a la del edificio Windsor". En declaraciones a la agencia Efe, el arquitecto español, que conoció la noticia del atentado del sábado estando fuera de la península, explicó que sintió un inmenso pesar, pero que al ver las imágenes de la devastación pensó que "lo más grave era pensar que debajo de los escombros seguía habiendo gente, porque lo otro tiene solución".
El arquitecto, que ya está en contacto con AENA y con el director del Plan Barajas, José Manuel Hesse, explicó que los daños son muy importantes. "Estamos hablando de un labor de desescombro y de demolición muy compleja. Alguien ha dicho que el proceso es similar al del edificio Windsor, y yo creo que es así; no quizá en cuanto a la duración, porque eso duró un año y aquí hablamos de meses, pero sí en lo complejo. Lamela, que acaba de ganar el concurso de remodelación de Azca, precisó que el operativo que se ha puesto en macha está "en muy buenas manos y muy bien atendido por los responsables del Ministerio, la Comunidad y el Ayuntamiento, y es que hay que decir que en España tenemos unos sistemas de emergencia ejemplares".
En cuanto a la potencia de bomba, según Lamela si ésta hubiera explotado en un edificio tradicional habría sido algo tremendo. "Afortunadamente aquí ha habido dos factores a favor: uno el que el estacionamiento está en suelo rasante y aéreo, no tiene muchos obstáculos y por ello la onda expansiva puede salir sin problemas, y otro, que también está alejado de la terminal". "Si hubiese estado debajo de la terminal o pegado a ella, los daños podrían haber afectado a muchas personas, recalcó el arquitecto, que destacó "la ventaja de que este edificio esté hecho por módulos; de tal manera que una explosión de este tipo puede afectar a uno o más módulos pero los otros pueden seguir utilizándose como pasa ahora".
Para este arquitecto, que también ha diseñado la ampliación de aeropuerto de Varsovia en Polonia, "desgraciadamente, a la hora de realizar trabajos como éste, todo lo que en la fase del proyecto parece que es muy exagerado para tener en cuenta, luego ves que no, que todo puede darse, porque nadie se imagina un atentado como este, sin embargo pasa".
El arquitecto, que ya está en contacto con AENA y con el director del Plan Barajas, José Manuel Hesse, explicó que los daños son muy importantes. "Estamos hablando de un labor de desescombro y de demolición muy compleja. Alguien ha dicho que el proceso es similar al del edificio Windsor, y yo creo que es así; no quizá en cuanto a la duración, porque eso duró un año y aquí hablamos de meses, pero sí en lo complejo. Lamela, que acaba de ganar el concurso de remodelación de Azca, precisó que el operativo que se ha puesto en macha está "en muy buenas manos y muy bien atendido por los responsables del Ministerio, la Comunidad y el Ayuntamiento, y es que hay que decir que en España tenemos unos sistemas de emergencia ejemplares".
En cuanto a la potencia de bomba, según Lamela si ésta hubiera explotado en un edificio tradicional habría sido algo tremendo. "Afortunadamente aquí ha habido dos factores a favor: uno el que el estacionamiento está en suelo rasante y aéreo, no tiene muchos obstáculos y por ello la onda expansiva puede salir sin problemas, y otro, que también está alejado de la terminal". "Si hubiese estado debajo de la terminal o pegado a ella, los daños podrían haber afectado a muchas personas, recalcó el arquitecto, que destacó "la ventaja de que este edificio esté hecho por módulos; de tal manera que una explosión de este tipo puede afectar a uno o más módulos pero los otros pueden seguir utilizándose como pasa ahora".
Para este arquitecto, que también ha diseñado la ampliación de aeropuerto de Varsovia en Polonia, "desgraciadamente, a la hora de realizar trabajos como éste, todo lo que en la fase del proyecto parece que es muy exagerado para tener en cuenta, luego ves que no, que todo puede darse, porque nadie se imagina un atentado como este, sin embargo pasa".
Según Carlos Lamela, la pura reconstrucción sin hablar de los daños a vehículos ni otras cuestiones, en una estimación rápida hecha sobre metros cuadrados afectados puede rondar las 30 ó 40 millones de euros, aunque el arquitecto insiste en que estos daños tienen solución, la pérdida de vidas humanas, no. "La Administración está centrada en la búsqueda de los dos desaparecidos, que es lo importante, y hasta que esto suceda no se podrá tomar decisiones", subrayó el arquitecto, al tiempo que quiso lanzar un mensaje en positivo: "Estas desgracias ocurren tristemente, pero a partir del día siguiente hay que trabajar por abrir el aparcamiento lo antes posible y por que el aeropuerto recupere la normalidad".
10 millones de coste para las aseguradoras
Por otro lado, y según fuentes del sector asegurador, los gastos para el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) serán superiores al atentado del 27 de agosto de 2001 en el aparcamiento P-2 de Barajas, aunque no quisieron adelantar cifras concretas puesto que los dos peritos arquitectos desplazados al aeropuerto todavía no han podido hacer una valoración sobre el terreno. En cualquier caso podrían rondar los 10 millones de euros. El atentado de 2001 provocó un agujero de más de 30 metros cuadrados en la segunda planta del aparcamiento de vuelos nacionales y afectó a más de cien vehículos, mientras que el ocurrido en 2006 afecta a más de mil vehículos y puede generar más de 40.000 toneladas de escombros.
Todavía los bomberos buscan a las dos personas desaparecidas y la policía intenta localizar, entre los escombros, pruebas que pudiesen aportar más datos sobre este siniestro, uno de los que más costes supondrá para el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS). Fuentes del sector asegurador indicaron que hay más de 1.000 vehículos siniestrados, aunque el número de reclamaciones finales por daños directos o indirectos se podrá conocer en unos días, dado que las reclamaciones de los propietarios de los autos son recogidas por personal de AENA.
Además, las citadas fuentes indicaron que el coste de reconstrucción de las instalaciones podría situarse entre los 3 y 4 millones de euros, a lo que habría de añadirse otros gastos como la reparación de los daños causados en los vehículos o los cristales rotos por la explosión hasta llegar a una cuantificación final.
Todavía los bomberos buscan a las dos personas desaparecidas y la policía intenta localizar, entre los escombros, pruebas que pudiesen aportar más datos sobre este siniestro, uno de los que más costes supondrá para el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS). Fuentes del sector asegurador indicaron que hay más de 1.000 vehículos siniestrados, aunque el número de reclamaciones finales por daños directos o indirectos se podrá conocer en unos días, dado que las reclamaciones de los propietarios de los autos son recogidas por personal de AENA.
Además, las citadas fuentes indicaron que el coste de reconstrucción de las instalaciones podría situarse entre los 3 y 4 millones de euros, a lo que habría de añadirse otros gastos como la reparación de los daños causados en los vehículos o los cristales rotos por la explosión hasta llegar a una cuantificación final.
