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Obama también controla a Zapatero: le llama para pedirle más medidas

Barack Obama llamó este lunes a José Luis Rodríguez Zapatero para dar su apoyo a la aplicación de las "difíciles" medidas económicas aprobadas en las últimas semanas. Sorprende la preocupación del norteamericano, que se une a la visita del FMI la semana pasada a España.

El mes de junio es época de exámenes para los escolares y universitarios españoles. Pero también el Gobierno está teniendo que pasar sus pruebas ante sus particulares profesores.

Si el viernes fue el director general del FMI, Dominique Strauss-Kahn, el que se paseó por Madrid para controlar que se hacían los deberes, este lunes era Barack Obama el que gastaba unos minutos de su tiempo en llamar a José Luis Rodríguez Zapatero para mostrar su apoyo a las medidas económicas aprobadas por el Gobierno en las últimas semanas.

De esta manera, el presidente de EEUU habría telefoneado este lunes al español para mostrarle su apoyo por las medidas económicas que ha adoptado, según informó el portavoz de la Casa Blanca Bill Burton. En la conversación, Obama "expresó su apoyo a las medidas económicas difíciles, pero necesarias, que el presidente Zapatero ha tomado en las ultimas semanas para fortalecer la economía española", dijo el portavoz.

Ambos presidentes hablaron de la importancia de seguir "tomando medidas enérgicas para promover una recuperación duradera y reforzar la regulación financiera" de cara a la reunión del G-20, que se celebrará esta semana en Canadá, y en la que participarán los dos mandatarios. Ésta es la segunda llamada entre los dos mandatarios en poco más de un mes. El pasado 13 de mayo, Obama telefoneó a Zapatero para celebrar también las "medidas audaces" que había anunciado el ejecutivo español días antes.

Desde el Ejecutivo hispano, se venden las palabras de Strauss-Kahn y de Obama como una muestra de apoyo a las difíciles medidas de ajuste aprobadas por Zapatero. Sin embargo, desde otro ángulo pueden interpretarse estas noticias con una visión mucho más pesimista. Aunque todos los implicados  hablan de que visitas como la de Strauss-Kahn o la de los enviados norteamericanos son un puro trámite, lo cierto es que a Francia, Alemania o Reino Unido no parece que les controlen tanto. Vamos, que son una muestra más de la desconfianza en la economía española.

Además, toda esta supervisión confirmaría que el Gobierno español ha perdido el control sobre la política económica. Hace ya unos meses que España se ha convertido, a ojos de numerosos analistas en un protectorado económico, supeditado a la UE, el BCE y el FMI. De esta manera, el tijeretazo o la reforma laboral, medidas contrarias absolutamente a lo defendido hasta el momento por el Gobierno, se interpretan como imposiciones exteriores al Ejecutivo socialista.

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