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Zapatero acuerda con su amigo Méndez aplazar la huelga general

La benevolencia de los sindicatos con Zapatero durante la legislatura ha sido patente. Y aunque ahora alcen la voz, Cándido Méndez ha acordado con el presidente aplazar la huelga general hasta el fin de la presidencia española de la UE y hacerla en septiembre coincidiendo con protestas en toda Europa.

Rodríguez Zapatero ha conseguido uno de sus objetivos principales de cara a su ya muy mermada imagen exterior: no habrá huelga general durante la Presidencia Española de la Unión Europea. Y para ello ha contado con la connivencia de Cándido Méndez, secretario general de UGT.

Según cuenta La Razón, el jefe del Ejecutivo ha realizado esta artimaña retrasando la aprobación de la reforma laboral en un consejo de ministros extraordinario el próximo 16 de junio, cuando en un principio estaba planteado que saliera adelante en una reunión ordinaria el día 11.

Todo esto lo ha hecho con cierta ayuda de su amigo Cándido Méndez al que sondeó sobre las fechas en las que barajaban realizar la huelga general. De hecho, los negociadores de la reforma laboral del Gobierno dijeron a los representantes sindicales que se aprobaría el 11, cuando poco más tarde Zapatero sorprendió a todos retrasándolo una semana.

El Gobierno no ha elegido las fechas por casualidad y para evitar que haya un paro general mientras ejerce la presidencia española tomó esta decisión de manera deliberada. Y es que los sindicatos deben notificar una huelga general con diez días naturales de antelación a la fecha de la convocatoria a la autoridad laboral competente, en este caso el Ministerio de Trabajo y organismos empresariales.

En este sentido, si el Gobierno finalmente aprueba por decreto su reforma laboral, el plazo de diez días empezaría a contar a partir del 17 y concluiría el 26, coincidiendo justamente con el final de la Presidencia Española y de nuevo con un posible partido de España en el Mundial, el de octavos de final.

Los sindicatos nunca han convocado una huelga general en verano puesto que estaría abocado al mayor de los fracaso y además tampoco tendrían tiempo para ir “calentando” el país. El paro que se hizo con Aznar en 2002 tuvo una preparación de dos meses.

Así, tanto UGT como CCOO no ven con malos ojos que la huelga general se celebrase el 29 de septiembre coincidiendo con las movilizaciones convocadas por la Confederación Europea de Sindicatos.

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