Ataviado con un parche en el ojo derecho y con el sombrero de siempre, Tom Waits, puro en boca y espada mellada en mano, posa amenazante en una misteriosa imagen colgada en su web y enviada, a las diez en punto de la mañana del martes, a la edición estadounidense de la Rolling Stone. Sobre la fotografía puede leerse "¿Permiso para subir a bordo?" e, incrustado en la misma, figura el siguiente mensaje: "El próximo 7 de agosto".
El autor de canciones como Fannin Street, Falling down o Way down in the hole –tema principal de la serie The wire– tira la mano y esconde la piedra: ni él ni su representante dirán nada al respecto de la enigmática imagen colgada en la web. Habrá que esperar al próximo 7 de agosto para desvelar el misterio.
El pasado 24 de octubre, el cantautor estadounidense publicó su último trabajo, Bad as me, un disco muy heterodoxo dentro del universo Waits, con canciones concisas y directas entre las que destacan Chicago, Pay me o New year’s Eve –en la que colabora el guitarrista de Los Lobos, David Hidalgo–. Bad as me alcanzó el puesto 6 en la lista de éxitos Billboard 200, la posición más alta en su trayectoria musical y fue bien acogido por la crítica.
En el último mes, Waits ha acudido a dos late-nights estadounidenses –el de David Letterman y el de Jimmy Fallon– donde, por primera vez, ha tocado en directo canciones de su último trabajo. Todo apunta a que el próximo 7 de agosto, el californiano podría anunciar una nueva gira.
Waits actuó por primera vez en España en el año 2008, en el marco de su gira Glitter and Doom. El músico dio tres conciertos: uno en San Sebastián –el 12 de julio– y dos en Barcelona –14 y 15 de julio–. Los admiradores que acudieron a los shows tuvieron que rascarse el bolsillo: las entradas costaban entre 100 y 125 euros. A ver qué anuncia Waits el 7 de agosto.