L. D. / Agencias.-
El líder de los socialistas vascos ya tiene concretado el documento que este lunes presentará a la dirección del PSE y que servirá de guión de la conferencia política de los socialistas vascos que se celebrará a comienzos de 2002. Redondo Terreros aboga por liderar una nueva estrategia de “democracia cívica” alternativa al nacionalismo vasco, al tiempo que defiende que el PSE no entre en el debate de la superación del actual marco jurídico-político.
Según una información publicada en “El Diario Vasco”, la base del documento que ha confeccionado Nicolás Redondo recoge una parte del informe elaborado por Jesús Eguiguren aunque suprime algunos de sus aspectos más polémicos. La propuesta que ultima Redondo cuestiona en el fondo la viabilidad de un nuevo consenso histórico con el nacionalismo vasco, al sostener que la ambigüedad nacionalista “no hace sino convertir el diálogo político en algo estéril cuando no imposible”. En ese sentido, descarta la posibilidad de abrir el debate interno del PSE a cuestiones como el derecho de autodeterminación o una hipotética consulta popular con garantías, como admitía el trabajo de su número dos.
“Somos contrarios y nos enfrentaremos sin vacilaciones a la independencia de Euskadi y a la reivindicación de la soberanía plena o del derecho de autodeterminación”, subraya Redondo, para aclarar que los socialistas vascos “tampoco somos partidarios de una consulta popular sobre la independencia, la soberanía o la autodeterminación y no la promoveremos en ningún caso”.
El líder de los socialistas vascos apuesta porque el PSE recupere sus señas de identidad y sus valores y rechaza también la vía de la secesión unilateral, como formulaba Eguiguren. El informe resalta que si el PNV desea con sinceridad un diálogo eficaz entre las fuerzas políticas democráticas deberá definir el significado “de los muchos lugares comunes que utiliza y someterlo sin engaños ni mistificaciones a la crítica de los demás y al escrutinio de la sociedad vasca”. En ese sentido, aboga por una nueva estrategia inspirada en la “democracia cívica”, ya que “reproducir el pacto con el nacionalismo” provocaría, a su juicio, “una situación de mayor sumisión que la anterior, porque ya no sería en torno al Estatuto sino en torno a la normalización”.
El informe contiene parcialmente las reflexiones de Eguiguren sobre los antecedentes de la situación vasca, el frente de Estella y la acumulación de fuerzas soberanistas. Al mismo tiempo desarrolla una doble argumentación de firmeza democrática frente al terrorismo, “que no busca una negociación sino el exterminio de sus enemigos” y de claridad frente al discurso nacionalista, al que hace responsable por su ambigüedad del deterioro de la situación vasca.
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Según una información publicada en “El Diario Vasco”, la base del documento que ha confeccionado Nicolás Redondo recoge una parte del informe elaborado por Jesús Eguiguren aunque suprime algunos de sus aspectos más polémicos. La propuesta que ultima Redondo cuestiona en el fondo la viabilidad de un nuevo consenso histórico con el nacionalismo vasco, al sostener que la ambigüedad nacionalista “no hace sino convertir el diálogo político en algo estéril cuando no imposible”. En ese sentido, descarta la posibilidad de abrir el debate interno del PSE a cuestiones como el derecho de autodeterminación o una hipotética consulta popular con garantías, como admitía el trabajo de su número dos.
“Somos contrarios y nos enfrentaremos sin vacilaciones a la independencia de Euskadi y a la reivindicación de la soberanía plena o del derecho de autodeterminación”, subraya Redondo, para aclarar que los socialistas vascos “tampoco somos partidarios de una consulta popular sobre la independencia, la soberanía o la autodeterminación y no la promoveremos en ningún caso”.
El líder de los socialistas vascos apuesta porque el PSE recupere sus señas de identidad y sus valores y rechaza también la vía de la secesión unilateral, como formulaba Eguiguren. El informe resalta que si el PNV desea con sinceridad un diálogo eficaz entre las fuerzas políticas democráticas deberá definir el significado “de los muchos lugares comunes que utiliza y someterlo sin engaños ni mistificaciones a la crítica de los demás y al escrutinio de la sociedad vasca”. En ese sentido, aboga por una nueva estrategia inspirada en la “democracia cívica”, ya que “reproducir el pacto con el nacionalismo” provocaría, a su juicio, “una situación de mayor sumisión que la anterior, porque ya no sería en torno al Estatuto sino en torno a la normalización”.
El informe contiene parcialmente las reflexiones de Eguiguren sobre los antecedentes de la situación vasca, el frente de Estella y la acumulación de fuerzas soberanistas. Al mismo tiempo desarrolla una doble argumentación de firmeza democrática frente al terrorismo, “que no busca una negociación sino el exterminio de sus enemigos” y de claridad frente al discurso nacionalista, al que hace responsable por su ambigüedad del deterioro de la situación vasca.
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