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El PP se convierte en una olla a presión a la espera del discurso de Rajoy

La vigente dirección del PP asegura que "jamás" cobró en negro. Cospedal, muy dura,  a los suyos: "Que cada uno aguante su vela".

El Partido Popular vivió, dos días después de que Luis Bárcenas volviera a todas las portadas, un auténtico terremoto interno al que, esperan, ponga fin Mariano Rajoy el sábado con un claro e inequívoco golpe en la mesa. Pero, hasta entonces, María Dolores de Cospedal fue la encargada de intentar poner freno a la avalancha de indignación, interna y ciudadana: "En el PP quien la hace la paga, que cada uno aguante su vela", fueron sus palabras, ante decenas de cargos en la Intermunicipal que la formación celebra en Almería.

Fue un día duro, muy complicado, para la cúpula del PP. La sombra de sospecha acechaba desde primera hora, toda vez El Mundo publicaba que Bárcenas habría pagado sobresueldos en negro a parte de la dirección, aunque no daba nombres. Él fue gerente o tesorero desde el nacimiento del centro-derecha, con Manuel Fraga, hasta 2009, un año después al Congreso de Valencia. Sólo hubo un impasse: con Arturo García Tizón entre 1987 y 1989, cuando le apartó de la gerencia porque no era "hombre de su confianza" y puso en su puesto a Juan Ávila. Pero, salvo en tan reducido espacio de tiempo, todo el que fue o es algo en el partido podría verse salpicado.

Tras momentos en los que la dirección llegó a verse sobrepasada -el "no me consta" fue la expresión más utilizada para dar respuesta a la avalancha de interrogantes–, se diseñó una estrategia muy clara. Primero, poniendo encima de la mesa que el PP –como formación– en ningún caso fue beneficiario, sino en todo caso víctima. No es que los vicesecretarios generales negaran de forma tajante que hubieran recibido dinero en sobres de manos del tesorero. "Jamás he cobrado dinero que no haya declarado", dijo un Esteban González Pons entre solemne y enfadado. Sino que, más importante todavía, se expuso la teoría de que Bárcenas se habría enriquecido a costa de Génova: "Se ha llevado dinero que no era suyo y sí del PP".

Tras las informaciones publicadas "encargué a la actual Tesorería revisar toda la contabilidad del PP y está completamente legalizada", puso Cospedal como base. Se reafirmó: "La contabilidad es clara, diáfana y está auditada por el Tribunal de Cuentas". Pero, ¿y en la era Bárcenas? "Todo apunta a que se enriqueció a costa del PP, durante la época Gürtel", coinciden varias fuentes. "Fue un enriquecimiento personal", añaden, a pesar de que –según quién trabajó codo con codo con él, hoy todavía en puestos de responsabilidad– "en teoría su gestión era como su aspecto, impoluta".

Soraya: "No me hubiera callado"

¿Sólo enriquecimiento personal? Ahí parece estar el meollo de la cuestión. "Si lo hubiera visto no me hubiera callado", afirmó, desde la Moncloa, Soraya Sáenz de Santamaría, que antaño tuvo cargo orgánico. Antiguos secretarios generales, como Ángel Acebes o Javier Arenas, fueron muy claros en su rechazo a la posibilidad de tránsito de sobres llenos de dinero. Aunque, el equipo de Cospedal –el PP surgido del cónclave valenciano y que apartó a Bárcenas de la tesorería– sólo puso la mano en el fuego sobre lo ocurrido a partir de 2009.

La consigna del partido también traía una calculada puesta en escena de cierre de filas. Quienes no improvisaron declaraciones a los medios en el transcurso de la Intermunicipal incluyó en sus discursos mensajes contundentes contra la corrupción. La idea a transmitir era clara: el PP no es un partido manchado por la corrupción, y de ahí que sus dirigentes -declarados indignados- pidieran a la Justicia que siguiera investigando y depurara responsabilidades. "Este partido se hizo grande luchando por regenerar la vida pública. Tolerancia cero con la corrupción, como se ha hecho siempre", zanjó Ana Botella, tal vez una de las mayores conocedoras de los entresijos populares.

¿Despacho? "Sala con documentos"

Pero es que, por si fuera poco, el aparato también tuvo que desmentir que Bárcenas siga disfrutando de los privilegios que, en principio, le fueron anulados una vez dejó la Tesorería. No tiene secretaria ni coche oficial a cargo del PP, aseguran, aunque sí admiten que mantiene una sala –que no despacho– con documentación intacta desde entonces en un armario. "Pero no viene habitualmente a Génova, como se ha publicado, eso es totalmente mentira", aseguran. La remuneración de sus letrados tampoco va ya a cargo de Génova, cosa que sí ocurrió en los primeros compases judiciales de la trama Gürtel.

Sobre el fondo, la preocupación se extendió entre los dirigentes populares -muchos de ellos alcaldes, que tratan día a día con los ciudadanos-. "Esto afecta al sistema, la gente está muy cabreada", constataron varios de ellos. Y de ahí que la expectación aumentara aún más si cabe con respecto al discurso de Rajoy este sábado: "Algo tiene que decir". Según sus interlocutores en la cúpula está "extraordinariamente tranquilo" porque las cuentas del PP, y su nombre –dicen–, están claras y auditadas-. El lunes, reúne a su Comité Ejecutivo en la sede nacional.

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