Tal día como hoy, 9 de mayo, pero de 2011, Libertad Digital contaba en su portada la “Tremenda pitada a Almodóvar en el Masters de Madrid”. Fue durante la final del torneo que ese año disputaron Nadal y Djokovic y a la que asistieron una multitud de famosos y políticos. Se vio a políticos como Rajoy, Gallardón o Pío García Escudero. A deportistas como Iker Casillas y Cristiano Ronaldo acompañados por sus parejas, Sara Carbonero e Irina Shayk, respectivamente, a Kaká o Carlos Moyá, entre otros. Entre los artistas que aparecieron por la Caja Mágica se pudo ver a Belén Rueda, Carmen Machi, Javier Cámara o Norma Duval.
Pero el peor parado fue Pedro Almodóvar. Cada vez que le enfocaban y su rostro aparecía en la pantalla se llevaba una sonora pitada por la mayor parte de los allí congregados. El director manchego aguantó como pudo el tipo y reaccionó sonriendo. Quizá estaba ya acostumbrado porque le pasó lo mismo días antes en la semifinal que jugaron Rafa Nadal y Roger Federer.
Esas pitadas no tenían ningún motivo concreto aunque si atendemos a la trayectoria de Pedro Almodóvar podemos comprender la cantidad de animadversiones que se ha ido generando. El cineasta se ha metido en los últimos años en muchos charcos. En marzo de 2003 el manchego se manifestó contra la guerra de Irak y el PP dijo que el “pobre Almodóvar” fue “manipulado” por la oposición cuando leyó en la Puerta del Sol el manifiesto que puso fin a la protesta.
Un año más tarde, tras los atentados del 11-M y la derrota del PP en las elecciones generales, Pedro Almodóvar se congratuló por la victoria socialista y dijo que “hemos vuelto a la Democracia, pero a un precio muy alto”. Sobre la jornada de reflexión y el asedio a las sedes del Partido Popular lanzó una grave acusación: “Tenemos que entender algo terrorífico. El PP estuvo a punto, el sábado por la noche, de provocar un Golpe de Estado”.
Tras estas palabras, el PP anunció que se iba a querellar contra él por injurias y calumnias. Entonces, Almodóvar aseguró que “únicamente me hice eco de un mar de rumores”. Dos años más tarde se supo que los populares se querellaron sin éxito contra el director de cine.
Después de las dos legislaturas de Zapatero y ya con el Partido Popular de vuelta a la Moncloa, Almodóvar volvió a la carga. Antes de que Rajoy hiciera público su equipo de Gobierno, el controvertido cineasta aseguró que besaría “en los labios” al ministro de Cultura del PP. Desde entonces hasta ahora se dejó ver con los indignados en la Puerta del Sol, pidió a Rajoy que dejara su cargo en manos “de los ciudadanos” o amenazó con decir lo que pensaba de este “Gobierno brutal”.
Pedro Almodóvar también se ha metido con la Iglesia. En agosto de 2009 dijo que “un director es una especie de Dios. Y lo digo yo, que no soy creyente”. Añadió que para él “una familia es un grupo de personas, centrado en un pequeño ser, que se quieren y cumplen sus necesidades, sin importar si se trata de padres separados, travestis, transexuales o monjas con sida". Por último, recomendó al Papa que “debería salir a pasear fuera del Vaticano y mirar lo que es una familia de hoy”. En otra ocasión mostró su falta de respeto por el crucifijo: “Para mí pertenece a la iconografía pop”.
Sobre un tema tan controvertido como la Guerra Civil, Almodóvar reconoció que “estoy a favor de abrir todas las cunetas y paredones que haya que abrir para que sus familias puedan enterrarles como es debido”. Lo publicó en su blog como respuesta a la iniciativa del juez Garzón de realizar un censo de “desaparecidos” en la guerra. El artista de la ceja apuntó desde Cannes que se estaba pensando en realizar una película sobre este periodo porque “me preocupa mucho el tema de la memoria histórica”. Hace dos años, Pedro Almodóvar y Pilar Badem aprovecharon el séptimo aniversario de la masacre de Madrid para recordar a las víctimas, pero del franquismo. Apoyaron la campaña “Solidarios con Garzón” que mostraba su apoyo al juez “frente al proceso injusto que le va a sentar en el banquillo” y que le apartó de la carrera judicial, como se vio después.