"79 criminales múltiples saldrán en libertad en sólo unos meses", titula El Mundo. "La sentencia de Estrasburgo da a ETA su mayor victoria en los tribunales". Pedro J. dice que el fallo es "desastroso" y que "cabe plantearse si España ha defendido suficientemente bien su posición ante la Corte Europea". Se barrunta que no, porque el único representante español en el Tribunal era Luis López Guerra, "magistrado muy próximo al PSOE". Entonces, no nos digas más, Pedro. La sentencia "supone una válvula de oxigeno para el mundo abertzale. Ahora puede insistir en los foros internacionales en su relato de la opresión". Pobres foros internacionales, como si no tuvieran bastante con Cataluña dando la barrila. "El fallo envalentona a los radicales y lo más probable es que asistamos en los próximos meses a homenajes de terroristas", avisa.
ABC dice que "Estrasburgo consuma la afrenta a las víctimas". "El tribunal europeo golpea a España", dice dolido. No obstante, el editorialista considera que "no se debe poner al gobierno y a los tribunales en la tesitura de ignorar completamente la sentencia del TEDH porque no sería correcto" pero "sería un mayor error caer en el extremo contrario y convertir la decisión del Tribunal en una especie de indulto colectivo a etarras, asesinos múltiples y violadores en serie". "Que cada uno pida y pleitee por lo que crea que le corresponde", recomienda.
El País no cabe en sí de gozo. "El Tribunal de Estrasburgo avala la excarcelación de decenas de etarras". "Los magistrados europeos sentencian que la terrorista Del Rio está en prisión de forma irregular desde 2008 y debe ser puesta en libertad". Pobrecilla, qué dura ha sido la vida con ella. "Urkullu y Sortu ven una oportunidad de cambiar la política penitenciaria" y "el PSE reclama al gobierno del PP una aplicación sin demoras de la sentencia". Para enfatizar, una foto con la manifestación de los amigos de los etarras con una pancarta que reza: "Ni un minuto más". Aizpeolea está sorprendido por el "dramatismo" con el que se ha acogido la sentencia y cree que es que no se ha explicado bien lo guay que es, por lo que pide al Gobierno que haga "pedagogía". "La venganza no conduce más que a la frustración", dice en plan curilla, "el estado de derecho debe propiciar la reinserción de los presos" y "las sentencias están para cumplirlas". A ver si tiene narices de decirle lo mismo al Gobierno catalán, verán como no. También escribe un artículo Gómez Benítez, el abogado al que Zapatero encargó la negociación con ETA, que tiene mucha prisa. "Es obligación de los jueces poner en libertad a las personas a las que se aplicó la doctrina" echando leches. También el editorial apremia. "Nada sería más peligroso que hacer caso a las voces que ayer exigían al gobierno no acatar la sentencia (…) Es cierto que la opinión pública está muy sensibilizada por este asunto, pero ello se debe en gran medida al alarmismo levantado sobre sus consecuencias (...) Incumplir la sentencia sí que estimularía a los más fanáticos de ese mundo, que llevan diciendo diciendo que España no es una verdadera democracia". Qué miedo. Vamos a darles algunas víctimas más para que las despedacen, a ver si sosegamos a los fanáticos.
"Injusticia", titula La Razón su portada. "López Guerra consuma su traición", dice en el interior. Sin embargo, cree que "al Gobierno no le queda más remedio que acatar la sentencia, en cumplimiento de las obligaciones contraídas desde que el Estado español se adhirió, con todas sus consecuencias, a la Convención Europea de los Derechos Humanos. No es posible adoptar otra determinación".
La Gaceta da las "gracias por nada a Europa". "El Tribunal europeo de Derechos Humanos confirma la condena a España por aplicar la doctrina Parot con el voto del juez socialista español Luis López Guerra". El periódico se pregunta "si el Reino de España no dispone de juristas lo bastante finos como para haberse dado cuenta de que podría ocurrir lo que ha ocurrido", tanta universidad, tanto estudio para nada. "Es inevitable, a la vista de la rendición del Estado a los propósitos políticos de los terroristas, preguntarse también si en el fondo de esta ignominia no ha latido desde el principio la perspectiva de negociar con los asesinos para que les compense dejar de asesinar". Mal pensados, que sois unos mal pensados.