
La Izquierda Plural llegaba al debate del estado de la nación dispuesta a dar la nota y lo consiguió. Primero yendo sus diputados al pleno ataviados con camisetas de diferentes colores y con reivindicaciones de todo tipo, desde la externalización sanitaria hasta el trasvase del Ebro.
Ya en el estrado más de lo mismo. Cascada de acusaciones y de frases de lo más estrambóticas. El primero en hablar fue Cayo Lara. El líder de IU acusó al Gobierno de "seguir su línea de obediencia al fundamentalismo católico". Del mismo modo, dijo que Rajoy “no ha aplicado un programa de reformas sino de destrozos” y precisamente ahí soltó otras de sus perlas al afirmar que “siguen robando el alma social a la Constitución".
Posteriormente, Lara acusó a la bancada popular de "violar los derechos humanos" y que lo ocurrido en Ceuta es la “mayor violación de los derechos humanos de la historia", motivo por el cual pidió la destitución de Fernández Díaz. No podía faltar, por tanto, una de las frases favoritas de su partido, el de la "memoria histórica” e investigar el “pasado” del Partido Popular.
A continuación le tocó el turno a Joan Coscubiela, de ICV, otra de las formaciones que forma el grupo parlamentario. El diputado catalán dedicó todo tipo de expresiones ofensivas al Ejecutivo. Así, indicó que Rajoy "está acosando socialmente a los mayores de 50 años", los que a su juicio "deben aguantar el sadismo” del PP y del Ejecutivo.
Más tarde habló del "concubinato" del Gobierno y las empresas eléctricas para más tarde indicar que la crisis no es tal sino una "estafa". En esta ristra de expresiones les acusó de ser unos “saqueadores” y criticó su "mayoría absolutista". Tras exigir en catalán el llamado "derecho a decidir" en Cataluña exigió la dimisión del presidente del Gobierno. En su término de réplica y refiriéndose a la cantidad de improperios que recibió se limitó a decirle: “usted lo pase bien”.
El último en salir fue el diputado de la Chunta Aragonesista, Chuste Yuste, que ataviado con una camiseta contra el trasvase del Ebro puso la guinda a la actuación de la Izquierda Plural pidiendo voz en grito: "estamos de rodillas, levantémonos".
