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Temor ante la crecida del Ebro: "Estamos desesperados, ya no podemos más"

La crecida del Ebro mantiene en vilo y bastante afectadas a distintas localidades aragonesas y navarras. Los vecinos de Pradilla ya no pueden más.

La crecida del Ebro mantiene en vilo y bastante afectadas a distintas localidades aragonesas y navarras. Los vecinos de Pradilla ya no pueden más.
Caudal del río a su paso por Pradilla (Zaragoza) | EFE

Los vecinos de Pradilla (Zaragoza) están alarmados ante el temor de que el río Ebro, del que está saliendo agua "por todos los sitios", se desborde. "Estamos desesperados, ya no podemos más, llevamos toda la noche en vela y la que queda", ha descrito a Efe la teniente alcalde del pueblo, Inmaculada Carcas. En los doce años que lleva como edil en el Ayuntamiento es el "tercer desalojo" que realiza por la crecida del río Ebro, ha lamentado.

Los vecinos de este pueblo, donde viven unas seiscientas personas, han estado toda la noche pendientes del río y finalmente han sido evacuados la mayoría de ellos. Se ha desalojado a "todas" las personas mayores, a la mayoría de las mujeres y niños. Los que permanecen en la localidad, "muchos menos de la mitad", están ayudando a poner tierra para evitar que el río se desborde más, aunque están preparados para irse en el momento que sea necesario.

Los vecinos evacuados se han desplazado fundamentalmente a Tauste, una localidad cercana y también a casa de familiares. El propio alcalde está con un tractor y una pala para tratar de reforzar las barreras para que el río haga el menor daño posible.

El río está muy cerca del pueblo y el problema es que el núcleo urbano está por debajo del nivel del agua. El agua no ha llegado a ninguna casa, porque "en el momento que alcance una se inundan todas en cadena", ha explicado.

Las motas de contención de la huerta se están rompiendo y por el momento en el pueblo hay como unas 400 hectáreas de terreno inundadas, una superficie que la teniente alcalde estima con mucha cautela porque pueden ser más. En la zona están soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para ayudar en las tareas de achique y refuerzo de las motas, mientras que los camiones se encuentran trabajando en la zona para tratar de contener al río.

Tudela y Buñuel, inundadas

Mientras, el nivel del río se mantiene alto en el tramo final de su recorrido por Navarra, por lo que siguen inundadas tanto las calles del Casco Viejo de Tudela como las viviendas que fueron desalojadas preventivamente a últimas horas de la tarde de este pasado viernes en Buñuel. Durante la noche no se han registrado incidencias significativas y son varias las carreteras cortadas y afectadas por los desbordamientos o desprendimientos.

Entre las 23 horas de este viernes y las 9 horas de este sábado el nivel del agua había descendido unos 12 centímetros en el Casco Viejo de Tudela pero siguen inundadas la mayor parte de las calles que se vieron afectadas ayer por el desbordamiento del Ebro, según ha informado el Gobierno de Navarra en una nota.

Lo mismo puede decirse de Buñuel, donde el nivel baja también muy despacio e impide que la quincena de inquilinos que desalojaron preventivamente seis viviendas de la parte más baja de la localidad pueda regresar a sus hogares.

En Tudela está activado el plan de emergencia por inundaciones que coordina el Ayuntamiento y en el que participan la Policía Municipal, centrada en las incidencias que puedan producirse en la ciudad, la Policía Foral y la Guardia Civil, que vigila el estado de las carreteras de la zona y ordenan la circulación, y voluntarios de Protección Civil y de la Cruz Roja. Se encuentra asimismo en Tudela el Grupo de Rescate Acuático de la Agencia Navarra de Emergencias.

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