Como desde el primer momento informó Libertad Digital, la decisión estaba tomada. Rivera apostaba fuerte por ser el candidato a la presidencia del Gobierno y que alguien le sucedería en Cataluña. Descartado desde un año antes, por su imputación pendiente de juicio, Jordi Cañas, se barajó el nombre del ya entonces eurodiputado Juan Carlos Girauta, sin duda el rostro más conocido del partido en Cataluña después de Rivera. Finalmente Girauta, el arquitecto de la expansión a toda España a través de la Plataforma Movimiento Ciudadano, entendió que lo lógico era llevar esa apuesta hasta el final, y por ello se presentó a las primarias para liderar la lista por Barcelona, cosa que hará en diciembre. Descartada también Carina Mejías, candidata en mayo al Ayuntamiento de Barcelona, el camino quedaba expedito para Inés Arrimadas, hasta entonces portavoz adjunta, con cierta presencia mediática y persona muy valorada en el partido por su meteórica carrera.
Sin embargo, muchos de los más próximos a Rivera pensaron que la opción de que fuese candidato a las dos elecciones era la idónea, algo que hubiese posibilitado la distancia entre las dos elecciones, de unos tres meses, si bien es cierto que durante algún tiempo existía la posibilidad de que ese periodo se acortara e, incluso, Mariano Rajoy mediante, de que ambas citas con las urnas coincidiesen en el tiempo. El 27-S es la cita más importante que tienen los catalanes con las urnas desde la reinstauración de la autonomía y también la más importante desde 2006 para Ciudadanos, con opciones reales de liderar por primera vez el constitucionalismo.
Espada en contra, De Carreras a favor
Ante ese escenario, esta misma semana se han pronunciado los dos principales fundadores de la formación, Arcadi Espada y Francesc de Carreras. El primero lo hizo en su columna de El Mundo del pasado martes, en la que afirmaba: "Unas elecciones autonómicas en las que el actual jefe de Gobierno se presenta con un programa que contiene la declaración unilateral de independencia se convierten automáticamente en unas elecciones españolas. Fue una lástima que Albert Rivera, que va a ser el único candidato catalán a la Presidencia del Gobierno de España, no entendiera ese carácter y no planteara su candidatura en dos fases, la primera de las cuales empezaba en Cataluña".
Preguntado por Libertad Digital por este comentario, Francesc de Carreras muestra su desacuerdo: "Es lo que piensa mucha gente, hace poco lo he estado discutiendo en una cena con amigos y la mayoría lo pensaba, pero no estoy de acuerdo. Lo lógico en un partido nacional es que su máximo líder se presente a las generales. La idea de presentarse a las dos elecciones no me parece seria, sinceramente. Si las elecciones catalanas hubiesen sido en marzo, como se barajaba, y las generales en noviembre, hubiese habido un plazo prudencial pero con una distancia de semanas a mí me daría la sensación de que en Ciudadanos no hay otro líder que Rivera. Eso no es así, Ciudadanos se ha presentado en Andalucía y en muchas otras comunidades autónomas obteniendo un resultado muy meritorio. El partido tiene que ir consolidando personas públicas, los dos de Madrid, Ignacio Aguado y Begoña Villacís, no eran conocidos pero tienen una gran personalidad. En los ochenta en Barcelona, se presentara quien se presentara en la lista del PSC, la gente acudía a votar por Felipe González".
Rodeada de los mejores
Arrimadas ha suplido su escasa experiencia política (tres años de diputada en el Parlament) rodeándose de pesos pesados del partido como el secretario general Matías Alonso, cabeza de lista por Tarragona, o quienes le siguen en la lista por Barcelona: Carlos Carrizosa, uno de los diputados más activos en la cámara catalana, José María Espejo y Fernando de Páramo, dos personas de la máxima confianza de Rivera. También ha buscado asesores con gran experiencia en la administración. Su actuación en el debate de TVE fue satisfactoria para sus compañeros, pese al desliz que aprovechó el popular Xavier García Albiol, quien le recordó que lo referente a los autónomos, materia en la que se había explayado, no era competencia autonómica.
Al margen de la candidata, la amenaza para Ciudadanos es ciertamente inesperada y tiene coleta. La candidatura de Catalunya Sí que es Pot, que integra a Podemos y a ICV le pisa los talones en las encuestas. El CIS incluso la situaba por delante del partido naranja en Barcelona, algo que sería difícil de encajar en Ciudadanos. Que la izquierda no nacionalista es un granero de votos que puede ser crucial lo demuestra que los de Pablo Iglesias, como informa Miriam Muro, hayan elegido Hospitalet de Llobregat para el cierre de campaña el próximo día 25. Tampoco es baladí lo dicho la semana pasada en Rubí por Iglesias, luego rectificado en parte: "Esa gente de barrio que no se avergüenza de tener abuelos andaluces y padres extremeños tiene que sacar los dientes". El pasado domingo, precisamente en Hospitalet, Rivera pedía "convertir en naranja este cinturón rojo" y presumía de haberse empadronado recientemente allí con su novia. También repitió allí, como hace Arrimadas en cada mitin, que Podemos ha elegido a un candidato, Lluís Rabell, que votó un doble Sí en la consulta independentista del pasado 9 de noviembre.