"Los impuestos del Estado catalán los recaudará el Estado catalán y sólo el Estado catalán, y como en todos los estados, a quien no pague se le requerirá", eufemismo de obligará. Tal amenaza ha sido proferida por el presidente de la Generalidad de Cataluña en la radio del Conde de Godó y grande de España en una entrevista matinal tras haber superado la moción de confianza con el apoyo de los antisistema de la CUP.
Si en la noche del jueves era entrevistado por 8TV, también de Godó, a las pocas horas de haber recibido el aval condicionado a los presupuestos de la CUP, en la mañana de este viernes se le prestaban los micrófonos de RAC1, la emisora del grupo de La Vanguardia, para que expusiera sus planes de ruptura.
La Generalidad está en situación de quiebra, depende del dinero del Fondo de Liquidez Autonómica, e invierte miles de millones de euros en lo que se han dado en llamar estructuras de Estado mientras acumula retrasos con proveedores, farmacias y entidades sociales. Con todo, Carles Puigdemont está tan crecido que se ha permitido "tranquilizar" a los pensionistas con la promesa de que con la independencia cobrarán más.
Acto seguido, en tono amenazante y como si ya hubiera ganado el referéndum que pretende convocar para la segunda quincena de septiembre del próximo año, Puigdemont lanzó la advertencia de perseguir a los contribuyentes que prefieran seguir pagando sus impuestos en España. Quien no pague a la Generalidad, el "Estado catalán", será "requerido". Y ello a pesar de que en el proyecto de DNI catalán se contempla la doble nacionalidad y se dan toda clase de garantías teóricas sobre que la independencia no afectará a las finanzas de los particulares y las empresas.
Tras la moción de confianza, Puigdemont se considera legitimado para emprender las "leyes de transitoriedad jurídica" y "desconexión" porque, a su juicio, hay una legalidad catalana que está por encima de la española. Y los impuestos son una de las claves de esas leyes. Ante el agujero económico, el nuevo líder nacionalista recurrirá a la gestión y recaudación de los tributos para financiar ese hipotético Estado.
Preguntado por si no gana o no puede llevar a cabo el referéndum, Puigdemont afirmó que se volvería presentar a unas elecciones porque su objetivo es conseguir la independencia, un cambio radical del discurso que mantenía hasta ahora y que incidía en el supuesto de que estaba de paso y que no volvería presentarse tras una legislatura que sólo durará dos años, en principio.
Tras un apacible debate sobre la moción de confianza, el presidente de la Generalidad empieza a enseñar los colmillos, en gran medida porque la CUP no le ha garantizado el apoyo a los presupuestos autonómicos y le exige gestos y declaraciones de insubordinación. Si se mantiene el veto, el president tiene previsto adelantar las elecciones.