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El acuerdo de investidura filtrado por la CUP: golpe de Estado bis

Los republicanos piden la cabeza de Puigdemont para allanar el camino a otro "procés" basado en una "asamblea constituyente" de electos separatistas.

ERC, la plataforma de Puigdemont y la CUP habían llegado a un acuerdo de investidura que se refleja en un documento de cuatro páginas que han hecho público los diputados cuperos para forzar que una renegociación de la candidatura se funde en los presupuestos ya escritos. En el documento, datado en los "Países Catalanes", las tres formaciones muestran a las claras sus intención de seguir en la unilateralidad y hacer efectiva la república proclamada el pasado octubre. El papel no llegó a ser firmado porque el presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, suspendió el pleno.

Los reparos de la formación de Oriol Junqueras no se deben al contenido, que en gran parte es de su cosecha, sino que son de carácter técnico. La investidura de Puigdemont, aducen, hace imposible reemprender la "hoja de ruta" separatista. Objetan que el plan se vendría abajo a las primeras de cambio por la reacción del Estado ante el nombramiento del líder fugado.

En la introducción del acuerdo se alude a la implantación de los resultados del 1-O y el 21-D. Junts per Catalunya se compromete a "hacer posibles los retos republicanos que la sociedad catalana se plantea", ERC deja en blanco su declaración de intenciones "a la espera de la última aportación" y la CUP matiza que apoya la investidura pero que no se compromete con la acción de gobierno.

Constitución republicana

Acto seguido y bajo el epígrafe de "Acuerdos", el titular: "Materialización institucional y social de la república y proceso constituyente". Los tres grupos se juramentan para impulsar dicho proceso: "Promoveremos el inicio del Proceso Constituyente como un proceso que deberá ser democrático, de base ciudadana, transversal, participativo y vinculante y que debe culminar con la redacción y aprobación de la constitución de la República, que deberá ser refrendada en un referéndum", afirman en el texto.

Asamblea y nuevas entidades

El segundo punto se basa en la creación de una "Asamblea Constituyente" y más instrumentos para fomentar el separatismo. "Apostaremos por el impulso de una Asamblea Constituyente provisional a partir del día después de la composición del nuevo gobierno formada por todos los diputados del Parlament y por una representación municipal que se tiene que encargar de elaborar y desarrollar la metodología del Proceso Constituyente, cuya primera fase es la participativa y vinculante que se articula alrededor del Foro Social Constituyente. La Asamblea Constituyente estará dotada de un órgano técnico que garantice metodológicamente el impulso de un debate ciudadano rico hecho desde la base y vinculante y de un grupo de expertos en procesos constituyentes que la puedan asesorar".

Y un multireferéndum

El papel atribuye a los ayuntamientos la función de promover la participación y facilitar "los recursos y espacios" para el debate y anuncia la creación de otro órgano, un Pacte Nacional pel Procés Constituent. El otro organismo nuevo, el "Foro Social Constituyente", tendrá como misión "sistematizar las propuestas emanadas de la participación popular y someterlas a una consulta democráticaen forma de multireferéndum".

Tras el multireferéndum, otro momento culminante. Exponen la partes: "La fase decisoria del Proceso Constituyente recogerá los resultados del multireferéndum como un mandato vinculante para el Parlament resultante de unas nuevas elecciones constituyentes".

"Modelo de vida republicana"

Los ponentes de tal acuerdo son conscientes de las dificultades y escriben: "El Proceso Constituyente se desarrollará en un contexto en el que el Estado español y sus aliados seguirán jugando la carta de dividir a la sociedad catalana. Ante las iniciativas de confrontación basadas en esta estrategia hay que contraponer un modelo de vida republicana que priorice aquellas acciones que fomenten una sociedad cohesionada y que implique todas las expresiones del asociacionismo comprometidas con los valores de la democracia y los derechos colectivos".

El segundo gran acuerdo es internacionalizar la república; el tercero, "la construcción nacional de los Países Catalanes"; y el cuarto, "el control público y soberanía de las infraestructuras estratégicas". ERC, Junts per Catalunya y la CUP plantean en concreto apoderarse de "Aguas Ter-Llobregat", cancelar los conciertos con los colegios del Opus, promover la igualdad salarial y un plan contra la violencia machista sin concretar.

Blindaje de TV3

En el octavo punto, los partidos separatistas muestran su sensibilidad mediática: "Garantizar la dotación presupuestaria suficiente de las estructuras públicas comunicativas de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (TV3 y Catalunya Ràdio) y la Agencia Catalana de Noticias (que es el proyecto de Efe que fundara el mismo Puigdemont) garantizando la estabilidad laboral de sus trabajadores".

La CUP no sólo ha difundido el documento sino que acusa también a ERC de haberse esfumado a la hora de la firma, que se tenía que llevar a cabo el martes por la mañana, antes de que comenzara el frustrado pleno de investidura de Puigdemont. Los republicanos lo niegan. Dicen que fueron, pero que llegaron tarde y ya no había nadie.

Sea como fuere, ERC no pone ningún reparo a reiniciar el golpe de Estado. Gran parte de la estrategia de nuevas entidades procede de la formación republicana, así como la intención de crear un parlamento paralelo con diputados y concejales separatistas. La objeción es de corte táctico y la ha expresado Marta Rovira este viernes en forma de línea roja: no investirán a Puigdemont si ello acarrea consecuencias judiciales para los miembros de la Mesa y los diputados ya encausados. Depende de Junts per Catalunya y Puigdemont que el plan se pueda poner en práctica ya o que embarranque a la primera por la resistencia del expresidente a desencallar la legislatura.

Waterloo, sede la Generalidad

El dato de la mansión en Waterloo es un detalle que los republicanos están utilizando para socavar la figura de Puigdemont entre las bases separatistas. La imponente casa estaba en el punto de mira del expresidente regional desde el comienzo de su fuga. La primera idea era encontrar un palacete que sirviera como sede la Generalidad republicana en el exilio, pero las reticencias de ERC han frustrado ese proyecto de Puigdemont, que ahora duda en utilizar la casa como residencia privada ante la difusión que la prensa belga le ha dado a la historia. La tesis de ERC es que si Puigdemont no tiene intención de regresar, es absurdo insistir en una investidura técnicamente imposible.

Rovira: si hay que ir se va, pero...

La segunda de Junqueras ha intentado combinar la advertencia con una exhibición de fe independentista y en declaraciones a la antedicha "Agencia Catalana" ha dicho que "estamos dispuestos a adoptar todos los riesgos que haga falta siempre que las decisiones que se tomen sirvan para avanzar". No es el caso de una investidura que, según Rovira, no tendría efectos a pesar del acto de desobediencia.

Continúan las negociaciones. A pesar de las dificultades, de las puñaladas, filtraciones y críticas, el separatismo es optimista. Su trayecto en los últimos cinco años está plagado de pactos in extremis. Las diferencias personales son abismales, pero se mantienen los mismos objetivos. Proceso Constituyente, Pacto Nacional, Países Catalanes y hasta un estilo de vida a la republicana.

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