Una hora y media después de lo previsto, el presidente de la Generalidad, Quim Torra, y el vicepresidente, Pere Aragonès, de ERC, han comparecido ante la prensa para escenificar un gesto de reconciliación entre Junts per Catalunya (JxCat) y ERC tras la crisis por la sustitución de los diputados procesados del grupo de Puigdemont. Persiste la división. Semblantes graves. El gobierno catalán sigue en estado de choque.
Aragonès y Torra atribuyen buena parte de las dificultades a las intromisiones judiciales y a la "excepcionalidad de la situación". El pleno del Parlament ha quedado aplazado "sine die". "Celebraremos el pleno del Parlament tan pronto como sea posible", afirma Aragonès. Las relaciones entre JxCat y ERC no remontan. La desconfianza sigue presente. Consensuar los textos que han leído Torra y Aragonés ha costado más de tres horas. El vicepresidente de ERC se refiere a las "legítimas discrepancias" y añade que "es razonable que dos grupos diferentes, aunque estén juntos en el gobierno, tengan propuestas diferenciadas, pero nos comprometemos a coordinarnos mejor".
Tras Aragonès, Torra, que insiste en la situación de los presos y los fugados, se queja de una represión "franquista" y defiende que el presidente del Parlament y la Mesa desacaten la resolución del juez Pablo Llarena sobre los diputados procesados. "Preservar la soberanía del Parlament es imprescindible para la dignidad de la cámara. Haber recuperado las instituciones no quiere decir que se haya recuperado la democracia", dice. Y mantiene el ultimátum contra Sánchez. Lo considera una evidencia de que el ejecutivo catalán gobierna a pesar de sus divisiones. En modo arenga, sostiene que "nuestro compromiso de avanzar es firme. Ni un paso atrás. El objetivo es la república. Hemos puesto fecha de caducidad al Gobierno de Pedro Sánchez si no hace una propuesta política. El objetivo lo tenemos claro, pero nos hace falta hablar entre nosotros. Nos lo merecemos nosotros, los presos y exiliados políticos y sobre todo, el pueblo de Cataluña. Continuaremos insistiendo y persistiendo para lograr la República".
Govern en estado crítico
En el turno de preguntas son incapaces de concretar a qué acuerdo en concreto han llegado más allá de mejorar su coordinación. Responden vaguedades y se salen por la tangente. Preguntado por el ultimátum, Torra se remite a su discurso del pasado martes, cuando marcó noviembre como mes tope para que Sánchez pacte un referéndum de autodeterminación. Reconoce que Sánchez no le ha respondido aún a su última carta.
El gobierno catalán sigue en estado crítico. JxCat y ERC son incapaces de garantizar la reanudación del pleno. La comparecencia de Torra y Aragonès refuerza la impresión de que la crisis dista de estar resuelta.
A pesar de las fuertes discrepancias y de las tensas relaciones, tanto Aragonès como Torra han afirmado que el Govern se mantendrá unido como mínimo hasta que se conozcan las sentencias de los golpistas, previstas para después de las próximas elecciones municipales y europeas. La acción de JxCat y ERC está encaminada a forzar una respuesta separatista que presione a jueces y Gobierno.
El juicio es el "momento" del que habla Torra para reemprender con más fuerza la reivindicación separatista. El objetivo de republicanos y junteros es aguantar el Govern hasta la sentencia.