La maquinaria golpista sigue actuando a través de sus terminales mediáticas para desacreditar y desprestigiar a los garantes de la Constitución y de la Ley en España.
Tras comenzar el juicio sobre el 1-O en el Tribunal Supremo el pasado 12 de febrero, sólo se ha cambiado de objetivo. Primero fue el instructor de la causa Pablo Llarena, ahora son los cuatro fiscales que mantienen la acusación de rebelión Javier Zaragoza, Consuelo Madrigal, Fidel Cadena y Jaime Moreno. No obstante, después, la diana se pondrá en los 7 magistrados capitaneados por Manuel Marchena que dictarán sentencia sobre el golpe del 1 de octubre.
En la retina de todos, se encuentra la campaña de acoso que ha sufrido durante los meses de instrucción el magistrado de la Sala Segunda del Supremo, Pablo Llarena. Su valentía y su decisión a la hora de investigar el referéndum ilegal le valió el ataque de los cachorros golpistas en su domicilio, el destierro de Cataluña y una intensa campaña mediática y callejera contra su persona y su entorno.
Ahora, la causa ha entrado en un nuevo estadio. Han comenzado las sesiones y una voz, o mejor dicho, cuatro voces, están enarbolando en la Sala de Enjuiciamiento el respeto a la Constitución, al Estado de Derecho y a la democracia española, los cuatros fiscales del Tribunal Supremo.
Desde que comenzó la investigación, Javier Zaragoza, Consuelo Madrigal, Fidel Cadena y Jaime Moreno se han mostrado firmes e impertérritos ante las presiones políticas y golpistas. Siempre han mantenido que en el 1-O hubo violencia y por tanto, rebelión. Así lo plasmaron en su escrito de acusación y así lo demostraron frente a los golpistas durante la instrucción. También lo harán en el juicio, porque las rebeliones evolucionan y no hay que retrotaerse a las del siglo XIX. Hubo violencia de los poderes públicos en las instituciones y de las entidades sociales golpistas en la calle.
Estos 4 fiscales, los últimos de Filipinas, han tenido que soportar los desprecios y las caras largas de otros compañeros en sus propia casa, la Fiscalía, y ahora están sufriendo las consecuencias mediáticas de su firmeza para enfrentarse al golpe catalán. Muchos de ellos avisaron tras el cambio de Gobierno de Mariano Rajoy y la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa de que no se prestarían a ningún enjuague. La nueva fiscal General, María José Segarra, de tendencia progresista y con una gran solidez jurídica, les ha apoyado. Peor suerte ha corrido la Abogacía del Estado, cuya acusación fue descafeinada y se cobró una víctima, Edmundo Bal, con el cambio de rumbo del Gobierno socialista.
Ahora, tras las seis primeras sesiones se está expandiendo una intoxicación golpista a través de sus satélites mediáticos para cuestionarlos y desprestigiarlos a nivel personal y laboral. Se meten con su forma de hablar, su aspecto físico e incluso con los lapsus que han tenido durante los interrogatorios, para que la acusación desaparezca y el golpe quede impune. Recordamos que en esta primera fase, los acusados que declaran no contestan a la acusación popular que ejerce Vox, por lo que los 4 fiscales son los únicos que mantienen el pulso a las mentiras de los acusados y portan el estandarte de la Constitución.
En estos últimos días, se ha deslizado que los representantes del Ministerio Público habían reculado y que querían rebajar su acusación de rebelión a conspiración para la rebelión, que comporta una reducción notable de la pena. Es totalmente falso: Zaragoza, Madrigal, Cadena y Moreno no han cambiado de parecer, ni lo van a hacer, todo responde a una campaña de intoxicación para mermar la fuerza del Estado de Derecho frente a los golpistas.
Se burlan de ellos, se hacen memes e incluso se hacen porras para apostar quién pronunciará peor el apellido del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, que declara este martes. Los representantes del Ministerio Público están preparados para los ataques personales, pero no van a consentir que se menosprecie su integridad y su voluntad decidida a imponer la Ley pese a quien pese. Han puesto la lupa sobre la violencia y las seguirán poniendo en la sesiones vendieras de forma más decidida, para alejar dudas.
En estas sesiones, se han equivocado de fechas, han confundido alguna institución, pero también han acorralado a los golpistas y han puesto de manifiesto sus mentiras y contradicciones. La primera intervención de Javier Zaragoza desmantelando punto por punto los mantras de los independentistas quedarán para la posteridad. La tenacidad de Consuelo Madrigal poniendo negro sobre blanco que los acusados respetan a la justicia de Canadá, pero no a la española es muy ilustrativa del pensamiento golpista.Tampoco se debe desechar cómo Fidel Cadena y Jaime Moreno han sacado a la luz las contradicciones y farsas de los acusados.
Cada uno con su estilo, con su prudencia o su descaro, pero todos para defender a España, a los españoles y al Estado de Derecho. No hay que caer en la trampa, si caen ellos, caemos todos. Además, la maquinaria golpista seguirá adelante y la siguiente parada es el tribunal formado por 7 magistrados que dictará sentencia.